El Arzobispo de Toronto (Canadá), Cardenal Thomas Collins, animó en su carta pastoral "Heart Speaks to Heart" (corazón que habla al corazón) a redescubrir el tesoro de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, al que la Iglesia dedica el mes de junio.
En su carta del 28 de abril, el Cardenal Collins indicó que la devoción al Sagrado Corazón nos lleva a reflexionar sobre la sagrada humanidad de Jesús y enfoca a Cristo como el hombre que enseñó a "amar como Dios ama y actuar como Dios quiere que actuemos".
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El Purpurado invitó a meditar en este mes de junio en el Corazón de Jesús y "profundizar nuestro compromiso de imitar el amor compasivo de Jesús, un amor que llega a los solitarios, a los aislados, a los enfermos y a todos aquellos que son rechazados".
"Junto con la cruz, el símbolo del Sagrado Corazón es el signo católico cristiano de ese amor", agregó.
El Cardenal Collins instó a que la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que se observa el viernes posterior a la octava del Corpus Christi y este año cae el 11 de junio, se celebre "con renovado agradecimiento".
Además, indicó que un mundo cansado de la pandemia del COVID-19, golpeado por los desafíos a la fe y que valora mucho la autonomía, necesita una devoción como la del Sagrado Corazón, que insta a las personas a mirar hacia afuera y mostrar amor a los demás.
El Purpurado señaló que más allá de ser un importante signo visual del amor de Cristo, el corazón, tanto en las Escrituras como en la literatura a lo largo de la historia humana, "representa el santuario más íntimo de nuestro ser humano".
"Para un cristiano, el amor ejemplificado en el Sagrado Corazón no es una emoción pasajera, sino el amor constante, confiable, fiel y vivificante que experimentamos en Jesús al encontrarnos con él en los Evangelios, en los sacramentos y en nuestra vida de fe. Estamos llamados a imitar ese amor fiel", agregó.
El Cardenal Collins señaló que el Sagrado Corazón se representa a menudo junto con el símbolo de la cruz, que significa el amor por los demás; las llamas representan la gloria del amor de Cristo; los brazos extendidos de Cristo, a menudo una característica de las imágenes del Sagrado Corazón, dan la bienvenida a todos.
El Sagrado Corazón también se representa casi siempre rodeado por una corona de espinas, que "nos recuerda que el amor de Jesús por nosotros no fue un amor teórico. Él realmente sufrió con nosotros y por nosotros", señaló.
El Purpurado indicó que ese amor "no es superficial, sino que implica la disposición a entrar en el sufrimiento, a tomar nuestra cruz y seguir a Jesús" y es el tipo de amor que "se espera de un discípulo de Cristo".
El Cardenal Collins señaló que el amor del Sagrado Corazón de Jesús debe llevar a los fieles a la acción práctica y resaltó que en esta devoción se une armoniosamente "el intelecto, la afectividad y la voluntad".
"El Sagrado Corazón simboliza el amor personal de Jesús por cada uno de nosotros, y respondemos con un intenso amor personal por Jesús y un compromiso de mostrar a los demás con nuestras acciones el amor que Jesús nos muestra", agregó.
Asimismo, recordó que en el Sagrado Corazón encontramos al Cristo "real" y pidió no aceptar sustitutos o imágenes de Jesús que lo muestren como "una buena persona que nunca me desafía pero que sonríe en aprobación de todo lo que quiero hacer".
"Especialmente en medio de nuestras luchas, necesitamos encontrarnos con Jesús mismo, nuestro Señor y nuestro Dios, quien nos llama al arrepentimiento y nos desafía a abrazar la vida de santidad mostrada en el Sermón de la Montaña" y que también nos llama amigos, resaltó.
El Purpurado señaló que hay una "autonomía orgullosa" generalizada que interfiere con la capacidad de muchas personas para dar amor, dado que "la gente ha llegado a rechazar la idea de que no somos dueños de nuestras propias vidas, sino que Dios nos ha confiado la vida".
"Aunque la exaltación de la autonomía es la raíz de muchos, si no la mayoría, de los males que enfrentamos en estos días, su misma esterilidad brinda una ocasión para la gracia divina y un ímpetu para la conversión ... para buscar otra forma de vida que sea más fructífera, representada por el amor a los demás que se encuentra simbolizado por el Sagrado Corazón", agregó.
El Sagrado Corazón no es representativo de un amor "sentimental", advirtió el Cardenal Collins, sino uno fundado en la verdad objetiva y en el verdadero arrepentimiento.
"El cristianismo sentimental, que consiste en una emoción cálida y agradable separada de la preocupación por la verdad objetiva del llamado evangélico al arrepentimiento y la santidad, puede hacer que las personas reemplacen el desafío de nuestra fe de un cambio de vida por un culto a la bondad. Tal sentimentalismo es una ilusión y no hay futuro en eso", remarcó.
Con el fin de fomentar la devoción al Sagrado Corazón, el Purpurado recomendó dedicar un tiempo diario a la hora santa; leer parte de los evangelios diariamente; participar en la Misa siempre que sea posible; y colocar una imagen del Sagrado Corazón en la casa, y si es posible en la iglesia parroquial.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.