Un estudio del Pontificio Consejo para la Cultura reveló que en el mundo aumenta la indiferencia religiosa y la fe en un "Dios sin rostro", al mismo tiempo que disminuye lo que se denomina "ateísmo activo".
"Las 300 respuestas a nuestro estudio demuestran un debilitamiento de la fe, tanto en el ateísmo como en la Iglesia, en la cultura occidental dominante, marcadas por una mezcla de racionalismo técnico y de hedonismo permisivo", señaló el Cardenal Paul Poupard, presidente del dicasterio vaticano que esta semana comienza su asamblea plenaria.
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El Purpurado agregó que “Africa, Asia y también América latina, siguen siendo animadas por la religión popular en el corazón de las culturas".
Sin embargo, precisó que "América Latina se caracteriza por una distorsión entre una élite liberal con tintes de agnosticismo y poblaciones que tratan de satisfacer las necesidades primordiales del cuerpo y del corazón".
El informe
El documento reconoce que el "drama espiritual de nuestra época", es que "la población mundial se aleja de la práctica religiosa y de cualquier referencia a la fe".
"No se trata, como en el pasado, de manifestaciones aisladas, relacionadas con algunas personas o élites de intelectuales, sino de un fenómeno de masa", señala el texto.
El informe, elaborado gracias a los datos recogidos en los varios países, refleja que Italia –por ejemplo- tiene un 14 por ciento de "indiferentes a la religión", y de esa porción el 40 por ciento se declara ateo.
El 54 por ciento de los habitantes de los Países Bajos no practica religión alguna, y la cifra alcanza el 37 por ciento en Bélgica y 43 por ciento en Francia.
En Hungría, según el censo nacional de 2001, de una población de casi 10 millones sólo 887 personas se declaran ateas. En la República Checa es católica casi un tercio de la población y casi la mitad atea.