Los Obispos de Canadá se comprometieron a trabajar por la sanación y la reconciliación con las poblaciones indígenas del país, luego de que se descubrieron en una antigua escuela residencial católica las tumbas no identificadas con los restos de más de 200 niños indígenas.
"En nombre de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB), expreso nuestro más profundo pesar por la desgarradora pérdida de los niños en la antigua Kamloops Indian Residential School en la Tk'emlúps te Secwépemc First Nation", dijo Mons. Richard Gagnon, Arzobispo de Winnipeg y presidente de la CCCB el 31 de mayo.
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"Elevamos nuestras oraciones al Señor por los niños que han perdido la vida y prometemos nuestro estrecho acompañamiento a las familias y comunidades indígenas", agregó.
En Canadá, las poblaciones indígenas se conocen como "First Nations" (Primeras Naciones). Actualmente, en el país hay 634 comunidades de las Primeras Naciones, y según el censo de 2016, comprende a una población de más de 975 mil personas.
Los restos de los niños fueron descubiertos el 22 de mayo en la escuela residencial india llamada "Kamloops", ubicada en Columbia Británica (Canadá). El hallazgo fue posible gracias al uso de un radar de penetración terrestre. A la fecha, se desconoce cómo murieron los niños o quiénes eran y se cree que las muertes fueron indocumentadas.
Mons. Gagnon dijo que el reciente descubrimiento fue "impactante" y presionó para que se realicen más investigaciones para determinar lo que les sucedió a los niños. "Honrar la dignidad de los pequeños perdidos exige que la verdad salga a la luz", afirmó.
"Esta tragedia impacta profundamente a las comunidades indígenas, con quienes muchas personas en esta tierra y en todo el mundo ahora se solidarizan", agregó y prometió que los obispos apoyarán a las familias y comunidades afectadas.
"A medida que vemos cada vez más claramente el dolor y el sufrimiento del pasado, los obispos de Canadá nos comprometemos a seguir caminando al lado de los pueblos indígenas en el presente, buscando una mayor curación y reconciliación para el futuro", dijo.
Otros obispos también emitieron declaraciones tras las revelaciones de las tumbas, incluido el Obispo de Kamloops, Mons. Joseph Nguyen. El 28 de mayo, Mons. Nguyen dijo que estaba "desconsolado y horrorizado" por lo ocurrido. "No hay palabras de dolor que puedan describir adecuadamente este horrible descubrimiento", dijo.
Además, expresó su cercanía y apoyo a los afectados. "Expreso mi más sentido pésame a la jefa Roseanne Casimir del Tk'emlúps te Secwépemc First Nation, y a todos los que están de luto por esta tragedia y pérdida indescriptible", dijo. Ofrezco "apoyo personal, oraciones y acompañamiento a nuestra comunidad de las First Nations en Kamloops y más allá", añadió.
En un comunicado publicado por el B.C. Católico, el Arzobispo de Vancouver, Mons. J. Michael Miller, dijo que "se llenó de profunda tristeza por la preocupante noticia".
"El dolor que causan tales noticias nos recuerda nuestra necesidad constante de traer luz a cada situación trágica que ocurrió en las escuelas residenciales administradas por la Iglesia", señaló. "El paso del tiempo no borra el sufrimiento que afecta a las comunidades indígenas afectadas, y nos comprometemos a hacer todo lo posible para curar ese sufrimiento", agregó.
La Kamloops Industrial School, más tarde llamada Kamloops Indian Residential School, comenzó a funcionar en 1890. La escuela fue administrada por los Oblatos de María Inmaculada desde 1892 hasta 1969, cuando el gobierno canadiense volvió a tomar el control de la escuela.
En ese momento, el edificio funcionaba como residencia para los niños de las Primeras Naciones que asistían a las escuelas diurnas de la zona. La residencia se cerró en 1978. Cabe destacar que hubo un tiempo en que la escuela de Kamloops fue la escuela residencial más grande del país.
Anteriormente, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, una comisión que duró de 2008 a 2015, cuyo objetivo era documentar la historia y los impactos duraderos de las escuelas residenciales del país, descubrió que 51 niños habían muerto en la escuela residencial Kamloops.
La comisión dijo que entre cuatro mil y seis mil estudiantes murieron como resultado de negligencia o abuso en las escuelas residenciales canadienses. La última escuela residencial administrada por el gobierno federal en Canadá cerró en 1996.
Según las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, el sistema de escuelas residenciales colocó en internados a los niños indígenas, los inuit y los métis, y los separó de sus familias, en un esfuerzo por despojarlos de sus culturas y forzar la asimilación.
En un comunicado del 27 de mayo, emitido por la Tk̓emlúps te Secwépemc band, la jefa Roseanne Casimir confirmó el descubrimiento de los restos. Dijo que las tumbas fueron "comentadas, pero nunca documentadas por la Kamloops Indian Residential School".
Las tumbas fueron descubiertas gracias a una subvención que financió el uso de un radar de penetración terrestre. El sitio todavía está siendo examinado.
Casimir señaló que "dado el tamaño de la escuela, con hasta 500 estudiantes registrados y asistiendo al mismo tiempo, entendemos que esta pérdida confirmada afecta a las comunidades de First Nations en la Columbia Británica y más allá".
"Deseamos asegurarnos de que los miembros de nuestra comunidad, y todas las comunidades de origen de los niños que asistieron, estén debidamente informados. Este es el comienzo, pero dada la naturaleza de esta noticia, sentimos que es importante compartirla de inmediato", agregó.
También confesó que "en este momento tenemos más preguntas que respuestas. Esperamos poder proporcionar actualizaciones a medida que estén disponibles", dijo Casimir.
Uno de los llamados a la acción de la Comisión de la Verdad y Reconciliación fue una disculpa del Papa Francisco "a los sobrevivientes, sus familias y comunidades por el papel de la Iglesia Católica Romana en el abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual de First Nations, los inuit, y niños métis, en escuelas residenciales dirigidas por católicos", recordó.
Finalmente, recomendó que la disculpa debería ser "similar a la disculpa de 2010, emitida a las víctimas irlandesas de abuso".
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.