Este martes se reanudan las negociaciones entre el Gobierno de Colombia y el Comité Nacional del Paro para buscar caminos de salida a la crisis; frente a ello, la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) reflexionó sobre la importancia del diálogo en nueve puntos.
Mons. Héctor Fabio Henao, uno de los mediadores en la mesa de negociación, señaló en un videomensaje que las negociaciones del 1 de junio girarán en torno a "las garantías para la protesta pacífica" y "sobre el bloqueo de carreteras".
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El pasado 28 de mayo se cumplió un mes del inicio del paro nacional, convocado por diversas organizaciones de izquierda en el país, contra una reforma fiscal que llevó a decenas de miles a protestar en las calles. Las manifestaciones se tornaron violentas y dejaron decenas de muertos.
Mons. Henao aseguró que los "negociadores y facilitadores vamos con todo el ánimo y la mejor voluntad para encontrar caminos para la salida a esta crisis y poder avanzar hacia la negociación de los puntos centrales del pliego de peticiones".
"Queremos encontrar un ambiente favorable que nos permita abordar las necesidades de este momento. Unámonos todos en oración para pedir que el Espíritu Santo acompañe y guíe en este momento y nos dé luces para encontrar las salidas que se requieren", comentó.
9 razones en favor del diálogo
La CEC publicó el 1 de junio un comunicado para realzar la necesidad y urgencia del diálogo, basándose en la recomendación de la encíclica del Papa Francisco "Fratelli Tutti".
Los obispos presentaron nueve reflexiones, con la esperanza de que el diálogo "conduzca efectivamente a las transformaciones que necesita nuestro país y a la superación de la inequidad existente".
Estas son las reflexiones.
1. El diálogo exige un cambio interior
En primer lugar, los obispos señalaron que el diálogo exige "un cambio interior o una nueva disposición personal en la búsqueda del bien común, porque la paz nace de un corazón nuevo".
"Es preciso renovar el 'corazón' del hombre, para renovar los sistemas, las instituciones y los métodos. Se trata de reencontrar la clarividencia junto con la libertad de espíritu, el sentido de la justicia junto con el respeto a los derechos humanos de todos, el significado de la equidad y de la solidaridad, el valor de la confianza mutua y de la fraternidad", indicaron.
2. Se debe cree en que el diálogo es posible
"Es necesario creer que el diálogo es posible, aunque las posturas tensas e inconciliables, a primera vista, pareciera que no dan lugar a acuerdos. El diálogo no es una utopía; hay que apostarle a esta herramienta, vencer los obstáculos y dejar que tengan prioridad las causas justas que están en juego", señaló la CEC.
Además, indicó que aunque El diálogo es difícil "es el único camino humano para la solución de los conflictos y su fruto más valioso es la paz".
3. El diálogo debe manifestar apertura y acogida
Los obispos tienen la seguridad de que el buen diálogo permitirá "que cada parte exponga sus puntos de vista, pero que escuche también la situación que presenta la otra".
"El diálogo pide disposición para ceder o conceder por el bien común, pues implica abrirse al intercambio sincero de pareceres, para alcanzar la comprensión mutua y avanzar hacia los puntos de contacto que ofrecen soluciones a las divergencias", añadieron.
4. El diálogo busca lo bueno y justo
Los obispos colombianos afirman que el diálogo depone "los intereses egoístas o parciales" para evitar "imponer una visión propia o de un grupo, sino de trabajar por el bien de todos".
"El diálogo no se orienta a que haya un vencedor y un vencido, sino a que venza lo que promueve la dignidad humana", añaden.
5. El diálogo supone siempre la verdad
Para los prelados, el diálogo es "un acercamiento objetivo a la realidad, excluyendo todo apasionamiento que lleve a visiones equivocadas de las situaciones que se abordan". "Hay que evitar la llamada mentira táctica, que sólo enrarece la comunicación y exaspera los ánimos", indicaron.
6. El diálogo debe poner en el centro las necesidades de los pobres y vulnerables
La CEC afirma que los marginados y excluidos deben ser el centro del diálogo, así como las víctimas de la violencia y de los que han sido vulnerados en sus derechos fundamentales.
"No se puede olvidar a los enfermos y a los profesionales de la salud que siguen enfrentando la pandemia del COVID-19, sin los recursos necesarios; a los que han perdido sus empleos y no han podido reactivar sus negocios; a los campesinos que ven perdidos los frutos de su trabajo, a los servidores públicos, en fin, a todos los que se han visto afectados por las situaciones que estamos viviendo", añadió.
7. El diálogo debe apuntar a lo prioritario
Para los obispos, de esta forma resultará fecundo el diálogo y se podrá "avanzar hacia los acuerdos que se necesitan". "El diálogo es estéril cuando solo se queda en lo superficial o se bloquea por intereses egoístas".
8. El diálogo requiere perseverar
Según los obispos el diálogo "exige paciencia y empeño, y se apoya en la voluntad decidida de recurrir a todas las fórmulas posibles de negociación, de mediación o de arbitraje, esforzándose en que los puntos de encuentro prevalezcan sobre los de división o ruptura".
9. El diálogo reclama la participación y el aporte de toda la sociedad
Finalmente, los obispos de Colombia resaltaron que "construir el país que soñamos no es responsabilidad de unos pocos, sino que, como nos recordó el Papa Francisco en su visita a Colombia, es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos".
Al final de su comunicado, los obispos aseguraron que para que los diálogos sean eficaces, , antes que a los medios humanos, "debemos acudir a la fuerza de la oración humilde y confiada, porque la paz es, ante todo, un don de Dios".
"La oración infunde ánimo y sostiene a quien quiere promover el entendimiento y la fraternidad. Por esto, les invitamos fraternalmente a perseverar en la oración por nuestro país. De modo especial, convocamos a una jornada de plegaria el 11 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, para la cual oportunamente comunicaremos el programa", anunciaron los obispos.