Después de dirigir el rezo del Ángelus este domingo 30 de mayo, el Papa Francisco destacó el testimonio del Evangelio de las 3 Beatas mártires de Astorga (España) a quienes calificó como "mujeres laicas valientes".
El Santo Padre recordó la beatificación de María Pilar Gullón Yturriaga, Octavia Iglesias Blanco y Olga Pérez-Monteserín Núñez, conocidas como las enfermeras mártires de Astorga, que murieron en 1936 durante la persecución religiosa en la Guerra Civil española (1936 - 1939).
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"Estas tres mujeres laicas valientes, a imitación del Buen Samaritano, se dedicaron a atender a los heridos de guerra sin abandonarlos en su momento de peligro, se arriesgaron y fueron asesinadas por odio a su fe", advirtió el Papa.
Por ello, el Pontífice añadió que "alabamos al Señor por su testimonio evangélico" y pidió un aplauso para las nuevas Beatas.
La ceremonia de beatificación se llevó a cabo en la catedral Astorga (España) ayer sábado 29 de mayo y fue presidida por el el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro.
Por su parte, el Obispo de Astorga, Mons. Jesús Fernández, explicó que las tres laicas mártires tuvieron "explícita ocasión de evitar el martirio mediante el abandono de sus responsabilidades o con algún gesto de renuncia a su fe en el momento de la prueba. Pero todas antepusieron de manera gozosa la fidelidad al Señor a su propia vida. En estas tres mujeres laicas brilla la Fe, la Esperanza y el Amor, como testimonio de la verdad del Evangelio".
Asimismo, el Cardenal Marcello Semeraro describió en la homilía de la beatificación que "las tres jóvenes laicas se habían ya encaminado por la vía de la caridad alimentado con la actividad apostólica su vida cristiana ordinaria" y agregó que "en el peligro que se presentó no quisieron abandonar a los heridos, sino que continuaron asistiéndolos poniendo en riesgo a la propia vida".
Por ello, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos animó a seguir el ejemplo de las tres enfermeras mártires de Astorga para "mostrarnos cercanos a quienes lo necesitan, especialmente en este tiempo de pandemia" porque "Nuestro Dios está cerca, quiso acompañarnos en la vida. Es el Dios de la cercanía".
Breve datos biográficos
María Pilar Gullón Yturriaga nació en Madrid el 29 de mayo de 1911, en el seno de una familia muy religiosa. El 28 de junio fue bautizada en la parroquia de San Ginés; hizo la Primera Comunión en el colegio Blanca de Castilla, en Madrid. Fue la primera de cuatro hermanos, era soltera y se dedicó al cuidado de sus padres, en particular del padre enfermo.
La experiencia de fe, vivida en su casa, favoreció su vida espiritual y su compromiso en la Iglesia. El 16 de julio de 1936 la familia se trasladó a Astorga, de donde era originaria, y donde gozaba de prestigio y de respeto moral.
Octavia Iglesias Blanco era prima segunda de María Pilar, nació el 30 de noviembre de 1894 en Astorga (León) y fue bautizada el 9 de diciembre en la parroquia de San Julián. Creció en una familia caracterizada por una profunda religiosidad, cuidó con empeño las virtudes y las obras apostólicas, entre ellas colaboró con la fundación del convento de las Madres Redentoristas de Astorga, donde se consagró religiosa una hermana suya.
La Beata cuidó primero a su padre anciano y enfermo, y luego a su madre viuda; pertenecía a la Acción Católica y a las asociaciones de las Hijas de María y del Sagrado Corazón.
Olga Pérez-Monteserín Núñez nació en París (Francia) el 16 de marzo de 1913 de padres de origen español, que regresaron a Astorga en 1920. Olga era la segunda de tres hermanos, recibió el bautismo el 5 de julio en la parroquia de san Francisco Javier, en París.
Soltera, se dedicaba a la vida de familia y a los trabajos artísticos, en particular al arte de la pintura, gracias al don heredado del padre, pintor leonés con mucha fama.