Mons. Hubert Constant, Arzobispo de Cap Haitien y Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, describió que la situación actual en la nación caribeña es una "pesadilla y desastre", aun después de la salida del ex presidente Bertrand Aristide.
En un mensaje enviado a la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada, el Prelado explicó que "la peor violencia" ocurrió en Puerto Príncipe: saqueos, incendios intencionados y ejecuciones, pero también en la región del Norte, alrededor de Cap Haitien y Fortaleza-Liberté.
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Los disturbios, que estallaron el 10 de febrero para derrocar al presidente Aristide, dejaron muertos, oficinas públicas saquedas y tiendas incendiadas.
Según Mons. Constant “el número de víctimas es difícil de estimar”. Se habla de aproximadamente cien personas muertas y se estima que las pérdidas ascienden a miles de millones de dólares.
El Arzobispo señaló que "sólo desde la fe muchas personas pueden llevar estos males extremos y tragedias de su existencia: violencia, odio, muerte. En Nuestro Señor, permanece la esperanza".