Por Blanca Ruiz
El Papa Francisco nombró subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y Obispo, a Mons. Aurelio García Macías. Hasta el momento era Jefe de Oficina de la Congregación del Culto Divino.
Mons. Aurelio García es sacerdote diocesano de la Archidiócesis de Valladolid, aunque desde el año 2015 realiza su labor en el Vaticano. Por eso, el Cardenal Ricardo Blázquez, Arzobispo de Valladolid (España), concedió una reuda de prensa en la que expresó su alegría "por estos nombramientos que manifiestan confianza en su preparación, en las aptitudes y en el desarrollo de los trabajos confiados" a Mons. García.
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"Nos alegramos de que la Iglesia se beneficie de la dimensión académica y ministerial-pastoral de Don Aurelio", aseguró.
El P. Aurelio García Macías nació el 28 de marzo de 1965 en Pollos, Valladolid (España). Fue ordenado sacerdote de la archidiócesis de Valladolid en 1992. Es licenciado en Filosofía por la Universidad de Salamanca y doctor en Liturgia por el Pontificio Instituto Litúrgico de Sant'Anselmo (Roma).
Fue delegado archidiocesano de Liturgia y rector del Seminario de Valladolid. Desde el 1 de septiembre de 2015 presta sus servicios en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de la que en 2016, pasó a ser Jefe de Oficina.
Competencias de la Congregación
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos es el Dicasterio encargado de las cuestiones litúrgicas de la Iglesia latina, en concreto, la promulgación y reglamentación de la Liturgia y de los Sacramentos.
Es también la encargada de impulsar y promulgar las ediciones típicas de los libros litúrgicos latinos y de las normativas del ámbito litúrgico. Es su competencia la elaboración y corrección de textos litúrgicos y la revisión de sus traducciones, así como las adaptaciones que, de forma legítima, realizan las Conferencias Episcopales.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos también desempeña labores de vigilancia para garantizar que se observan fielmente las disposiciones litúrgicas, previniendo, de esa manera, posibles abusos y eliminándolos cuando se hayan producido.
Asimismo, es competencia de este Dicasterio la regulación del culto a las sagradas reliquias, la confirmación de los patronos celestes y la concesión del título de Basílica Menor.
