La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) y la organización de ayuda humanitaria católica Catholic Charities USA, celebraron la decisión que el Gobierno tomó el fin de semana de reanudar por 18 meses el Estatus de Protección Temporal (TPS) para Haití.
"Estamos agradecidos por esta decisión de reconsiderar a Haití para el TPS, que reconoce los graves desafíos que enfrenta la nación isleña, incluida la violencia generalizada, los disturbios civiles, la inestabilidad política y la inseguridad alimentaria", indicaron en un comunicado emitido el 24 de mayo Mons. Mario Dorsonville, presidente del Comité de Migraciones de la USCCB, y Mons. David Malloy, que preside el Comité de Justicia Internacional y Paz.
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El TPS es una política iniciada en 1990 que permite que las personas que no pueden regresar de manera segura a sus países de origen debido a un conflicto armado, desastres naturales u otras circunstancias extraordinarias y temporales, permanezcan en Estados Unidos mientras la situación de su país se resuelve. Los protege de la deportación y les concede permiso para trabajar.
El 20 de noviembre del 2017, el Gobierno de Donald Trump anunció la cancelación del TPS para Haití, y dio un plazo de alrededor de 18 meses para que los haitianos regresen a su país o encuentren una solución a su situación migratoria. La administración indicó que los desastres naturales de años anteriores no deberían continuar justificando la residencia irregular.
Tras la reanudación del TPS, los obispos recordaron que Haití "es ampliamente reconocido como el país más pobre del hemisferio occidental" y que la Iglesia del país "se ha visto afectada directamente por los niveles sin precedentes de actividad de las pandillas, con secuestros selectivos de sacerdotes, religiosos y laicos en los últimos meses, lo que se suma a la necesidad de una respuesta urgente".
"Apoyamos a nuestros hermanos obispos en la condena de la anarquía y nos unimos a ellos en su solidaridad con las víctimas. Instamos al gobierno haitiano y al presidente Moïse a actuar en el mejor interés del pueblo haitiano respetando y defendiendo sus derechos y dignidad. También pedimos a la administración Biden que aborde las desesperadas condiciones que azotan al país a través de medidas diplomáticas y humanitarias", agregaron.
La decisión también fue bien recibida por Catholic Charities USA (CCUSA).
"Conceder el TPS reconoce las continuas condiciones de pobreza de Haití y alivia a quienes viven aquí de su constante temor a la deportación. Esta política beneficiará a los haitianos que aún no pueden regresar a su tierra natal, pero quieren vivir una vida productiva en los Estados Unidos para apoyar a sus seres queridos en casa", afirmó la Hermana Donna Markham, presidenta de CCUSA.
Se estima que hay 50 mil haitianos en los Estados Unidos que se benefician del TPS.
La población haitiana con estatus de protección llegó a los Estados Unidos después del terremoto de 2010 que mató a 200 mil personas y desplazó a un millón más. Además, la llegada del huracán Matthew en 2016 destruyó gran parte de la infraestructura de la isla.