La Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Quito (Ecuador), junto con el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ecuador, dio sepultura este 21 de mayo a 25 bebés que fueron abortados o murieron luego de ser abandonados.
La ceremonia inició a las 10:00 a.m. (hora local) con la Celebración Eucarística presidida por el Obispo Auxiliar de Quito, Mons. Danilo Echeverría, que señaló en su homilía que dejan en las manos misericordiosas de Dios a estos pequeños que han "muerto de una manera violenta".
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Créditos: Arquidiócesis de Quito
El Prelado indicó que una de las realidades dolorosas del mundo actual es que "solamente se valora aquellas cosas que son caras, que tienen un precio económico grande", y lo que es gratuito "queda en segundo plano".
Mons. Echeverría indicó que esta tendencia es grave cuando hablamos de Dios, que regala la vida, que es el "don más valioso que tenemos" y que cada vez es menos valorada.
Además, indicó que ahora se habla "del derecho a matar a alguien", no solo a los bebés en el vientre de su madre, sino a todas las personas que "supuestamente son un estorbo para la sociedad".
"La vida, sobre todo la vida de un ser inocente, de un ser indefenso, ha pasado a ser algo negociable, ya no se lo considera algo sagrado", lamentó.
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El Prelado pidió al Señor que, en este choque con la realidad actual, "vayamos recuperando ese sentido inviolable de la vida humana, más aún si es la vida humana inocente, indefensa".
"Esa vida humana que no tiene voz para reclamar, que no tiene presencia para hacerse notar, y que requiere de personas con gran corazón, con un sentido profundo de dignidad, que hagan valer sus derechos, que hagan valer el don extraordinario que han recibido de haber sido llamados a la existencia", resaltó.
El Prelado lamentó que los seres humanos seamos capaces de provocar la muerte "de una manera violenta, de una manera agresiva, de una manera que impide que la persona que recibe ese don extraordinario pueda desarrollar los dones que Dios mismo le ha dado".
Mons. Echeverría pidió a Dios que mueva el corazón de los ciudadanos para entender que "la vida humana es sagrada, que jamás se puede violentar a ninguna persona", más si es un ser inocente.
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Asimismo, pidió a la Virgen María y a San José que ayuden a cuidar de la vida inocente como ellos "supieron cuidar la vida de su hijo cuando vieron que estaba siendo perseguido por Herodes", y muevan a los fieles a enfrentarse a las dificultades, como ellos lo hicieron, "con tal de defender la vida, con tal que la vida sea reconocida como lo que es, un bien inviolable, un bien sagrado, un bien intangible".
La coordinadora técnica del Proyecto "Bebés al Cielo", Amparo Medina, indicó a ACI Prensa que esta iniciativa nació hace 3 años cuando en un parque de Quito se encontraron bebés recién nacidos ahogados.
"A la par de esa noticia salió la noticia de un perro que fue abandonado en el mismo parque, la noticia de los bebés abandonados y prácticamente asesinados por ahogo, o por abandono, en el parque duró exactamente 30 segundos, pero lo del perro fue una noticia de 8 días", lamentó.
Medina señaló que esta noticia golpeó a la Pastoral Familiar, a la Pastoral de la Vida y a los provida en general, al mostrar "hasta qué punto está llegando la deshumanización de los bebés por nacer, que prácticamente son una noticia más en un noticiero", siendo más importante el abandono de un perro.
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La coordinadora técnica indicó que al acercarse a criminalística para pedir los restos de los bebés le indicaron que había "más de 90 restos" que estaban congelados, y les pidieron ayuda para dar sepultura a estos bebés.
En coordinación con el entonces Arzobispo de Quito, Mons. Fausto Trávez, y el responsable y coordinador de los proyectos de la Pastoral Familiar, Mons. Echeverría, realizaron un convenio interinstitucional entre criminalística, fiscalía, la arquidiócesis de Quito y el Camposanto Santa Rosa.
Medina señaló que el camposanto donó "un espacio muy bonito del parque" para dar cristiana sepultura a estos bebés, gracias a ello, en 2018 se logró enterrar al primer grupo de 80 bebés.
Además, indicó que si bien no se sabe si todos los pequeños que son sepultados por el proyecto son víctimas del aborto, sí se conoce que todos los bebés recién nacidos encontrados son "bebés abandonados vivos y que han fallecido en el abandono".
Medina indicó que con la iniciativa del 21 de mayo, es la tercera vez que el proyecto da cristiana sepultura a bebés, y lamentó que en el periodo 2019 – 2020 no se haya podido realizar esta iniciativa por problemas con la ministra María Paula Romo, quien consideró que no era posible celebrar una Misa por ser un estado laico, y dar entierro a los bebés era "dar un mensaje que el aborto es malo".
Créditos: Arquidiócesis de Quito
"Ella consideraba que el mensaje que se daba con el entierro de estos bebés humanizaba a los fetos y los volvía una causa para el tema provida", resaltó.
Medina indicó que, como proyecto, buscan resaltar la importancia de dar cristiana sepultura a estos bebés "que están siendo congelados, que está en criminalística, que está en una morgue, y que han sido abandonados".
Además, quieren mostrar que estos pequeños no "son cosas, no son objetos", son niños que merecen "el amor y respeto como cualquier otra persona".
La gente tiene que tomar conciencia que "cuando un bebé pierde la vida en el vientre de una madre sigue siendo un hijo, sigue siendo un bebé, sigue siendo persona y se merece el mismo trato digno que cualquier otro ser humano", agregó.
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Finalmente, indicó que, como madres y padres de familia, buscan hacer por el hijo de otro lo que quisieran que hagan por los de ellos, y señaló que estos bebés, a pesar de haber sido abandonados, han sido "enterrados con todo el amor y con todo el cuidado que todo ser humano se merece".