El Vaticano recordó el aporte de las mujeres en la construcción de una sociedad más humana, a través de la delegación que lo representa en la XLVIII sesión de la Comisión sobre la Condición de la Mujer, que se celebra del 1 al 12 de marzo en la sede de la ONU en Nueva York.
“A través de la intuición femenina, enriquecen la comprensión sobre el mundo y ayudan a establecer relaciones humanas más honestas y auténticas entre las personas”, señaló Marilyn Ann Martone, miembro de la delegación de la Santa Sede, justo cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer.
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Refiriéndose al papel esencial de la mujer “en el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo”, Martone dijo que “las mujeres han dado muestras siempre de sus importantes contribuciones, que se basan en la preocupación constante por lograr la solidaridad y el bien común para toda la humanidad”.
Tras poner de relieve el papel indispensable de las mujeres en todas las esferas de la vida, Martone denunció que “actualmente demasiadas mujeres son víctimas de la violencia y de la guerra”.
En este sentido recordó la “tragedia de la violencia doméstica” y los sufrimientos causados por los conflictos nacionales e internacionales, que incluye el problema de las mujeres refugiadas y desplazadas, que tienen que hacer frente no sólo a su propio sufrimiento, sino también a la fatiga y responsabilidad de cuidar en estas situaciones desesperadas de los hijos y de los miembros más ancianos de la familia”.
“Ha llegado el momento -exclamó- de condenar y sancionar con fuerza todas las brutalidades sexuales perpetradas contra las mujeres. En este sentido, podría ser muy importante el compromiso de las mujeres en la gestión de la ayuda material y asistencial médica y psicológica a las víctimas de la violencia”.
La representante de la Santa Sede terminó poniendo de relieve otra forma de conflicto, “la cultura hedonista y comercial tan extendida que impulsa a la explotación sistemática de las chicas y de las mujeres. El tráfico de mujeres y niños debe cesar. La contribución de las mujeres en los procesos de toma de decisiones para combatir este tráfico vergonzoso puede ser decisiva, ya que son las primeras víctimas de estos crímenes”.