El Papa Francisco destacó la importancia de "ser cristianos no solo de palabra, sino de obra". Así lo dijo el Santo Padre al recibir este 21 de mayo a la asociación "Lazare".
La audiencia se llevó a cabo con ocasión del décimo aniversario de su fundación, y en un discurso que no fue pronunciado pero que el Papa entregó durante la audiencia en el Vaticano, agradeció por "su compromiso y dedicación", por tratar de "ser cristianos no solo de palabra, sino de obra".
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Asimismo, en el texto, el Pontífice subrayó algunos de los principios en los que se basa esta asociación, por ejemplo, el "ser uno mismo con los demás, reencontrar la alegría, sentirse amado, aprender la benevolencia como en familia, vivir juntos con mucha sencillez".
"Estos principios tienen sentido y forjan un grupo estable solo si brotan de una amistad sólida con Cristo, la fuente de su obrar para el bien. Saliendo al encuentro de los demás en su situación y formando una familia en la que reine la armonía y la alegría de vivir juntos, participan en la misión de la Iglesia de ir a las periferias de nuestra sociedad", añadió el Papa.
Además, el Santo Padre recordó que en mayo de 2020 envió un video mensaje a esta asociación en el que señaló que "las periferias existenciales son el centro del corazón de Dios" y agregó que "Jesús quiso venir a nuestras periferias existenciales. Él mismo se hizo periferia existencial".
Luego, el Papa reconoció que "siempre es una alegría ver que también hoy muchas personas, llenas de fe, buena voluntad y valentía, se comprometen a vivir la experiencia del servicio y la fraternidad" y agradeció el trabajo que realizan en "servicio de la dignidad humana" porque son "prójimos de las personas excluidas, sin domicilio fijo, rechazadas, traicionadas a menudo en sus derechos".
"Sirviéndolos, sirven al Señor mismo. Con su apostolado, nos ayudan a comprender que cada persona es una historia sagrada, un don inestimable", afirmó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre destacó que "en estos tiempos de incertidumbre, de fragilidad, en lugar de malgastar sus vidas pensando sólo en ustedes mismos, hacen la experiencia de vivir juntos en solidaridad. Esto les brinda la forma de enriquecer sus vidas convirtiéndose en fuente de esperanza para aquellos que ya no creen en sí mismos y que se sienten humillados".
"No tengan miedo de pasar la antorcha de la esperanza y el amor. Sean testigos de la ternura de Dios en medio de la cultura del egoísmo, del individualismo, de la indiferencia, del descarte, del desprecio por los pobres y los débiles", invitó el Papa.
Finalmente, el Santo Padre dijo que esta iniciativa es una "hermosa aventura con su historia, a veces llena de tristeza, soledad, lagrimas, pruebas, exclusión y rechazo, son un don precioso que nos hace ver el amor del Señor" y advirtió que estas personas "no son descartados, inferiores, fracasados, como a veces la sociedad nos quiere hacer creer. A los ojos de Dios, son un tesoro, un don, una vida, una dignidad. En sus rostros vemos el rostro sufriente de Cristo que nos invita a un amor urgente y a un corazón abierto".
"Hoy más que nunca necesitamos construir un mundo, una sociedad de relaciones fraternas y llenas de vida", añadió el Papa quien exhortó a "ser testigos, testigos de la misericordia y la bondad de Dios".