El Consejo para la Economía del Vaticano está haciendo frente a un "trabajo enorme" en sus esfuerzos para equiparar la transparencia financiera de la Santa Sede a los estándares internacionales, según aseguró una de sus miembros.
"Estamos muy centrados en implementar estándares básicos para garantizar que la información que esté delante del Papa cuando toma decisiones sea minuciosa, completa y verdadera. Y todavía no lo hemos logrado", aseguró a EWTN la miembro del Consejo para la Economía Ruth Kelly.
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Ruth Kelly, que fue secretaria de educación del Reino Unido durante el gobierno del primer ministro Tony Blair y, a continuación, trabajó en HSBC Global Asset Management, es una de los siete miembros laicos del Consejo para la Economía que supervisan las estructuras administrativas y financieras y las actividades de la Curia Romana, instituciones de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Los miembros laicos trabajan junto con ocho cardenales para establecer el presupuesto de las entidades de la Santa Sede y elevar el nivel de transparencia financiera, algo que, como afirmó Kelly, puede plantear grandes desafíos.
"Por ejemplo, el patrimonio histórico es muy difícil de abordar, por ejemplo, un lugar de residencia con un uso concreto por tradición en un lugar particular del Vaticano, o de Roma, o en cualquier lugar del mundo. Puede darse el caso de que nadie nunca lo haya valorado, o que realmente no haya pensado en quién lo posee legalmente, porque por medio de las costumbres o de la tradición les puede resultar obvio el uso que se le da", señaló.
"La Santa Sede todavía no puede dar cuenta de todas las propiedades e inversiones que posee en Roma y en Italia. Y es una gran tarea pendiente de realizar para garantizar que se identifican apropiadamente la propiedad de cada uno, ya sea propiedad de una diócesis, del Vaticano, de una parroquia o de otra persona. Y luego evaluar para estar seguros de que se contabiliza apropiadamente en los balances. Es un área en la que la Santa Sede debe actualizarse rápidamente", indicó.
El Consejo para la Economía está en la actualidad estableciendo una política de inversión para el Vaticano y "un programa de capacitación" en los estándares financieros para quienes trabajan en los departamentos y dicasterios, aseguró Kelly.
"Estoy muy animada por los pasos que he visto, a pesar de que hay mucho por hacer y mucho camino que avanzar", aseguró.
El Papa Francisco instituyó el Consejo para la Economía en 2014 como parte de su programa de reforma financiera. Ruth Kelly fue nombrada miembro del Consejo en agosto de 2020 para un período de seis años junto con otras seis mujeres con experiencia en banca, finanzas, gestión de activos y derecho internacional.
"Ahora se reconoce que es muy importante para el corazón de la Iglesia el tener expertos en leyes implicados en la supervisión de las cuentas y de las políticas del Vaticano. Es importante no sólo por sí mismo, sino también para la credibilidad del proceso", aseveró.
"El objetivo es que las normas internacionales de contabilidad se apliquen plenamente en toda la Santa Sede", explicó. "Ese es un objetivo que no se ha alcanzado todavía, pero es a lo que aspiramos".
Ruth Kelly participa en la serie de webinar, sesiones online, titulada "Inspirando confianza: Comunicación de la Iglesia y Vulnerabilidad Organizativa", organizada por la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, universidad gestionada por el Opus Dei.
"Para ser muy honesta al respecto, desde mi punto de vista, desde el punto de vista del Consejo, no está muy claro cómo han fluido los fondos ni cómo se han gestionado, porque no ha habido transparencia", afirmó.
Kelly aseguró que "una vez que haya transparencia y se apliquen los estándares internacionales se podrá empezar a hablar de forma completamente diferente sobre el papel del Vaticano y su responsabilidad en la administración del dinero".
"Si alguien va a depositar dinero en el Óbolo de San Pedro necesita saber que ese dinero se va a gastar bien. Y ahora mismo tú no lo sabes, aunque creo que estamos en el camino correcto para conseguirlo en poco tiempo", confió.
También subrayó que el Consejo para la Economía se ha centrado mucho en la contención de gastos al establecer el presupuesto de este año, y solicitó a los departamentos vaticanos que realicen recortes en sus gastos.
El presupuesto del Vaticano, que ya padecía déficit en sus cuentas, recibió un nuevo golpe en 2020 y 2021 con el cierre de los Museos Vaticanos debido a la pandemia de coronavirus. Los Museos Vaticanos son una importante fuente de ingresos para la Santa Sede.
Para la Santa Sede la crisis del coronavirus supuso también el colapso de sus inversiones en el mercado, inciertos ingresos en las inversiones inmobiliarias y la distribución de las contribuciones de la Iglesia en todo el mundo.
"La Santa Sede sufrió, al igual que otras muchas organizaciones, por causa de la pandemia, y eso no es ninguna sorpresa. La pregunta para el Consejo es cómo de temporal es esta situación y cuándo se producirá la recuperación".
"En cualquier caso, la recaudación de fondos se ha visto gravemente afectada por la crisis del COVID, como era de esperar, y se ha dejado sentir en toda la Iglesia".
"Es una de las cuestiones que se encuentran en nuestra mente: pensar cómo restaurar la reputación y cómo crear una reputación sólida sobre cómo administra la Santa Sede sus finanzas".
Kelly muestra su confianza en la fuerte voluntad existente entre los miembros laicos y cardenales del Consejo para "lograr un impacto rápido".
"Esperamos resultados, resultados muy significativos antes de que finalicen los seis años del actual mandato del Consejo".
El Consejo para la Economía está bajo la supervisión del Cardenal Reinhard Marx desde su creación en 2014. Forman parte del Consejo el Cardenal Joseph Tobin de Newark; el Cardenal Anders Arborelius de Estocolmo; el Cardenal Péter Erdő de Esztergom-Budapest; el Cardenal Odilo Scherer de São Paulo; el Cardenal Gérald Lacroix de Quebec; el Cardenal Giuseppe Petrocchi de L'Aquila; y el Cardenal Daniel DiNardo de Galveston-Houston.
Entre los miembros laicos está la profesora alemana de derecho Charlotte Kreuter-Kirchhof, la presidente de la Asociación Nacional de Bancos Cooperativos Alemanes Maria Kolak, el ex director de inversiones del grupo de gestión de activos Eurizon Alberto Minali, la tesorera del príncipe Carlos de Inglaterra Leslie Ferrar, el fabricante de ascensores Zardoya Otis, y el miembro del consejo de administración del banco español Bankia Eva Castillo Sanz.
Kelly afirmó que "una de las cosas que tengo en mente es explorar a medida que avanzamos cómo funciona todo el sistema de denuncia de irregularidades en el Vaticano. Porque creo que forma parte de una cultura abierta no sólo a la transparencia financiera, sino a la capacidad de las personas para plantear problemas en privado".
"Sé que existe un sistema de denuncia de irregularidades, pero no estoy del todo segura de que funcione lo suficientemente bien dentro de la Santa Sede y del Vaticano".
"Hay un gran camino por recorrer, pero creo que la voluntad está ahí, en la cúspide, para que se produzca el cambio", concluyó.
Traducido y adaptado por Miguel Pérez Pichel. Publicado originalmente en CNA.