El 17 de mayo, en el segundo día del proceso de diálogo entre el Gobierno de Colombia y el Comité Nacional del Paro, el delegado de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), Mons. Héctor Fabio Henao, pidió excluir todo gesto de violencia para poner fin a las movilizaciones que ya ha dejado al menos 42 muertos.
"Hay que seguir avanzando en el camino de la vida digna, hay que excluir todo gesto de violencia y los signos positivos de lado y lado serán los que le abran el espacio y las posibilidades a una negociación en firme sobre los puntos que se han colocado en la agenda", señaló Mons. Henao.
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La reunión de las partes se llevó a cabo en la sede de Compensar, al occidente de Bogotá.
Mons. Henao, que tuvo la tarea de acompañamiento de este proceso y es director del Secretariado Nacional de Pastoral Social de la CEC, resaltó la disponibilidad de interlocución de las partes y aseguró que esto es fundamental para una posible negociación.
"Porque aquí hay que recuperar el valor y la fuerza de la palabra por encima de cualquier gesto violento", reiteró.
También subrayó la urgencia de encontrar espacios donde los colombianos construyan un proyecto común de país, donde se den las garantías y unas condiciones de vida dignas para todos, informó la CEC.
Por su parte, Carlos Ruiz Massieu, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y quien actúa también como escucha en este espacio, hizo un llamado a la paz.
"Hacemos un llamado a la calma y a la paz, y nos quedamos con el llamado a no perder la esperanza. Esperamos que estas conversaciones se transformen en una negociación por el bien del pueblo colombiano", puntualizó Ruiz Massieu.
La crisis en Colombia
El pasado 28 de abril se inició en Colombia un paro nacional que tenía como uno de sus objetivos rechazar la reforma tributaria impulsada por el presidente Iván Duque, una medida que había sido criticada por varios sectores.
Las protestas, que rápidamente se tornaron violentas y en las que participan muchos jóvenes, lograron que el mandatario retirara la reforma.
Sin embargo, hasta la fecha han muerto al menos 42 personas, 41 civiles y un policía, según la Defensoría del Pueblo. El Ministerio de Defensa contabilizó cerca de 1.500 lesionados entre manifestantes y policías.
El paro fue convocado por distintas organizaciones de izquierda como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), cuyo presidente Francisco Maltés dijo a Semana que "la gente en las calles está exigiendo mucho más que el retiro de la reforma tributaria".
Uno de los pedidos de los líderes de las protestas es la reforma de la policía, en particular el desmantelamiento del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).
Aunque las protestas han disminuido y las que se han realizado en los últimos días ya han tenido un tono más pacífico, la ciudad más afectada por la violencia sigue siendo Cali, en donde vándalos han quemado buses y saqueado establecimientos de bienes y alimentos.
También han bloqueado una de las vías de acceso al Puerto de Buenaventura, lo que ha provocado desabastecimiento.
Bogotá también tiene algunas vías de acceso bloqueadas y se calcula que está llegando a la ciudad la mitad de alimentos que debe surtir a la población regularmente.
Los bloqueos en la capital han hecho que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) tenga problemas para el transporte de los insumos químicos necesarios para el agua potable.
Según indica Portafolio, la compañía indicó el 13 de mayo que "es posible que se pueda presentar afectación en la prestación del servicio en los próximos días" y pidió garantizar las condiciones para el transporte de los insumos para tratar el agua.
Según informa Semana, el jueves 14 de mayo se reunieron en Cali el Comité del Paro nacional, el Comité de Paro del Valle del Cauca y algunos integrantes de los llamados "puntos de resistencia", quienes acordaron una "detallada estrategia para alargar las protestas de manera indefinida, pese a la crisis humanitaria y de desabastecimiento en algunas regiones del país y los polémicos bloqueos".
El jueves 13 el gobierno envió una carta firmada por el alto comisionado para la Paz, Miguel Antonio Ceballos, y el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, al presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés Tello, reiterando la intención de entablar la mesa de diálogo con el Comité del Paro.