La Iglesia en Myanmar pide la liberación del sacerdote de la Diócesis de Banmaw, P. Columban Labang Lar Di, que fue detenido por unos soldados cuando desempeñaba funciones pastorales en zonas afectadas por el golpe militar en el país.
Terrorists (Myanmar security forces) abducted Rev. Fr. Columban La Di from Diocese of Banmaw, on May 14 for supporting #CivilDisobedienceMovement participants. pic.twitter.com/jEX1ZBgRhg
- Kristina Moe (@Kristinamoehtw1) May 15, 2021
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Miembros de la Iglesia indicaron a UCA News que el sacerdote necesitaba hacer un viaje de un día entre Banmaw y Myitkyina el 14 de mayo, por lo que salió temprano en la mañana cuando no había mucha gente en la carretera.
El P. Lar Di fue detenido por unos soldados que lo llevaron al cuartel para hacerle más preguntas luego de revisar sus documentos de identidad y su celular.
Los miembros de la Iglesia señalaron que el sacerdote tenía fotografías de desplazados internos en su celular, porque en la parroquia que dirige se encuentra un campo de refugiados.
Un clérigo de la Diócesis de Banmaw señaló a UCA News que están intentando entablar comunicación con los militares "para hacerles saber que él es un sacerdote y que estaba cumpliendo un deber pastoral. Esperamos que sea liberado pronto".
Desde el 1 de febrero, Myanmar ha registrado enfrentamientos sangrientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que protestan por el golpe de Estado militar que derrocó a la dirigente Aung San Suu Kyi.
Desde el inicio de la crisis han fallecido más de 790 personas, donde Myitkyina, la capital del estado de Kachin, ha experimentado algunos de los peores actos de violencia.
El arresto del P. Lar Di se produce en medio de un agravamiento del conflicto entre los militares y el Ejército de Independencia de Kachin (KIA), que ha obligado a más de cinco mil personas a desplazarse de Kachin.
La Iglesia en el país ha proporcionado ayuda humanitaria a los refugiados en monasterios y parroquias.
El Papa Francisco presidió la Misa en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano este 16 de mayo, séptimo Domingo de Pascua y solemnidad de la Ascensión del Señor, para rezar junto algunos de los fieles de Myanmar que viven en Italia.
"La oración nos abre a la confianza en Dios incluso en los momentos difíciles, nos ayuda a esperar contra todas las evidencias, nos sostiene en la batalla cotidiana. No es una fuga, un modo de escapar de los problemas. Al contrario, es la única arma que tenemos para cuidar el amor y la esperanza en medio de tantas armas que siembran muerte", destacó el Santo Padre.