El Reino Unido informó que está reduciendo alrededor del 85% de su presupuesto de ayuda en el exterior para programas de "salud sexual y reproductiva" de agencias de las Naciones Unidas (ONU) y de otros proveedores de servicios de aborto internacionales.
El canciller Rishi Sunak ya había anunciado que se reduciría el compromiso de gasto de ayuda exterior del Reino Unido del 0.7% al 0.5% del ingreso nacional, como resultado de las presiones financieras de la pandemia de COVID-19.
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El Centro para la Familia y los Derechos Humanos (C-Fam), un grupo de defensa del derecho internacional e investigación con sede en los Estados Unidos, aseguró el 6 de mayo que "las agencias de la ONU y los grupos de abortos están enojados y conmocionados".
"Es posible que tengan que cerrar programas en muchos países debido a los recortes planificados a los programas de 'salud sexual y reproductiva' por parte del gobierno del Reino Unido", señaló.
El Reino Unido recortó cerca de 180 millones de dólares en impuestos para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), una agencia que supervisa una variedad de operaciones, incluida la provisión de abortos. Los recortes representan el 85% del compromiso de financiación del Reino Unido con dicha agencia y cerca de la cuarta parte de su presupuesto total.
Según C-Fam, se esperan más recortes en el programa de Salud Sexual Integrada de la Mujer (WISH) del Gobierno del Reino Unido, que beneficia al gigante del aborto International Planned Parenthood Federation (IPPF) y MSI Reproductive Choices (antes Marie Stopes International).
El 28 de abril, la directora del UNFPA, Natalia Kanem, calificó los recortes de "devastadores", y afirmó que los fondos "habrían ayudado a prevenir alrededor de 250.000 muertes maternas e infantiles, 14.6 millones de embarazos no deseados y 4.3 millones de abortos inseguros".
C-Fam recordó que la mayoría de los fondos retenidos al UNFPA apoyaban a su programa de anticonceptivos a bajo costo para gobiernos y grupos que brindan "planificación familiar y aborto en países en desarrollo".
Asimismo, afirmó que está previsto que en las próximas semanas y meses entren en vigor otros recortes a la financiación del Reino Unido para la "salud sexual y reproductiva".
Álvaro Bermejo, director general IPPF, dijo A The Guardian que los recortes tendrían "impactos brutales" y que los grupos de aborto podrían perder más de 100 millones de dólares en fondos provenientes del Reino Unido.
"Ya tenemos que cerrar en la mitad de los países donde estamos operando y mantener los restantes operando al 30% de lo que estaban", dijo.
Simon Cook, director ejecutivo de la organización internacional MSI Reproductive Choices, dijo que los recortes son peores que los experimentados bajo la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, porque la política de la Ciudad de México respetó los compromisos existentes con los grupos de abortos hechos bajo la administración de Obama.
"El gobierno de Estados Unidos hizo mucho ruido, pero en realidad no recortó una gran cantidad de fondos de salud sexual y reproductiva para la comunidad internacional, pero en este caso el gobierno del Reino Unido lo está haciendo... Es un corte genuino y real", dijo Cook al medio Devex.
MSI Reproductive Choices es uno de los mayores beneficiarios de la ayuda del Reino Unido para "salud sexual y reproductiva", y recibió más de 60 millones de dólares en 2019.
C-Fam reiteró que "los recortes, anunciados en noviembre de 2020, sorprenden tanto a las agencias de la ONU como a los grupos de abortos".
"El gobierno del Reino Unido es un donante líder a los grupos de aborto a nivel internacional y es franco en la promoción del aborto como un derecho internacional. En 2019 anunció un compromiso de varios años de más de 800 millones de dólares para la 'salud sexual y reproductiva'", señaló.
No obstante, C-Fam cree que "el déficit sea cubierto por otros donantes, particularmente los países nórdicos que a menudo compensan los recortes que hacen varios presidentes de Estados Unidos".
Por su parte, la portavoz del grupo provida Right To Life UK, Catherine Robinson, dijo que los recortes "son muy bienvenidos", pero recordó que "sigue siendo un escándalo que el gobierno del Reino Unido esté utilizando el dinero de los contribuyentes de esta manera para empezar".
"Que un solo centavo de nuestros impuestos se destine a acabar con la vida de los niños en el útero en cualquier parte del mundo es un flagrante mal uso de nuestro dinero y abuso de los poderes del gobierno", exclamó.
Finalmente, comentó que "es probable que esta medida también sea bienvenida por el público británico, el 65% de los cuales han declarado que se oponen a que sus impuestos se utilicen para financiar abortos en el extranjero".