En la presentación del ministerio laical de catequista instituido por el Papa Francisco con el Motu proprio "Antiquum ministerium", el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, señaló que el nuevo ministerio laical no debe confundirse con otros ministerios -como el del lectorado y del acolitado- ni mucho menos abarcará tareas específicas del orden diaconal, presbiteral o episcopal.
Al describir que el nuevo ministerio de catequista tiene una dimensión vocacional y que estará al servicio del obispo de cada Diócesis, Mons. Fisichella pidió no caer en ninguna forma de clericalismo ya que se trata de un ministerio instituido para los fieles laicos.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"No cabe duda de que la institución de este ministerio, junto con el del acolitado y del lectorado, permitirá tener un laicado mejor formado y preparado en la transmisión de la fe", advirtió el prelado.
Por ello, el arzobispo indicó que "este servicio, sin embargo, debe vivirse de forma 'secular' sin caer en formas de clericalismo que empañen la verdadera identidad del ministerio, que debe expresarse no principalmente en el ámbito litúrgico, sino en el ámbito específico de la transmisión de la fe mediante el anuncio y la enseñanza sistemática".
En esta línea, la autoridad vaticana destacó la importancia de la formación de los catequistas que "no pueden ser improvisados, porque el compromiso de transmitir la fe, además del conocimiento de sus contenidos, requiere un encuentro personal previo con el Señor" y que se debe tener siempre presente que "quien ejerce el ministerio de catequista sabe que habla en nombre de la Iglesia y transmite la fe de la Iglesia".
De este modo, Mons. Fisichella reconoció que "es evidente que no todos los que hoy son catequistas podrán acceder al ministerio de catequista" ya que este ministerio "está reservado a quienes cumplen ciertos requisitos que el Motu proprio enumera" como el de la "dimensión vocacional para servir a la Iglesia donde el obispo lo considere más cualificado".
"El ministerio no se da para la gratificación personal, sino para el servicio que se pretende prestar a la Iglesia local y a servicio de donde el obispo considere necesaria la presencia del catequista", agregó el presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, oficina vaticana que tiene la competencia de monitorear la catequesis en todo el mundo.
En esta línea, Mons. Fisichella subrayó que este Pontificio Consejo se pone a disposición de las Conferencias Episcopales para asesorar, pero remarcó que el proceso directo de institución y formación del ministerio del catequista será de responsabilidad de cada Diócesis.
"La institución del catequista a través del rito se llevará a cabo directamente por parte del obispo porque el catequista estará al servicio del obispo, estará al servicio de la Diócesis. Esto significa que, si el obispo necesita del ministro catequista en otra parroquia, en otra zona de la Diócesis, lo llamará, y no solo para realizar la instrucción catequística, sino para organizar la catequesis, formar a los catequistas, etc. Es necesario respetar la dimensión vocacional de la institución del ministerio laical", reiteró el prelado.
Además, la autoridad vaticana recordó que la Iglesia Católica cuenta con "un ejército real" de millones y millones de catequistas que "con buena voluntad, todos los días y en el cansancio cotidiano, llevan adelante la transmisión de la fe a través de la instrucción de la catequesis, a través de la formación de los catecúmenos adultos, la preparación de las parejas al matrimonio" así como también existen "catequistas que acompañan a las jóvenes parejas cuando se preparan antes del Bautismo de los hijos, también experiencias de catequesis a los padres cuando acompañan a sus hijos a recibir la Primera Comunión y la Confirmación".
Al referirse a la preparación al Matrimonio, el arzobispo pidió no utilizar el término "curso prematrimonial" porque "no se hacen 'cursos prematrimoniales', sino que es una catequesis para prepararse a recibir el Sacramento del Matrimonio".
Ante la pregunta que relacionaba el nuevo ministerio laical con el debate sobre el diaconado femenino y la ordenación de los viri probati, Mons. Fisichella resaltó que "cada carisma en la Iglesia, cada ministerio en la Iglesia tiene su peculiaridad" y pidió por lo tanto "no confundir los ámbitos" como si uno supliera o limitara al otro y recordó que "existe una teología de los ministerios que ayuda a descubrir la peculiaridad de cada ministerio, no solamente aquel ordenado (episcopado, presbiterado y diaconado) sino también aquel típicamente laical".
En este sentido, la autoridad vaticana dijo que "la institución del ministerio del catequista quiere valorizar la figura del catequista" y se enmarca "históricamente en este momento, después de la publicación del Directorio de la Catequesis". Es decir, "se trata de un ulterior paso, que da mayor identidad a un ministerio reconocido en el interior de la comunidad cristiana".
Finalmente, Mons. Fisichella relató que la institución del nuevo ministerio del catequista se realiza después de un proceso de estudio que duró más de cinco años en el cual se consultaron también a diferentes conferencias episcopales y en el que realizaron momentos de estudio entre expertos.
Por su parte, el delegado para la catequesis del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Franz-Peter Tebartz-van Elst, subrayó que "el ministerio del catequista se opone a una clericalización de los laicos y a una laicización del clero" y que el Motu proprio del Papa "se refiere claramente al peligro de que la definición del perfil del ministerio del catequista lleve a una nueva forma de clericalización".
Por último, Mons. Tebartz-van Elst describió que "el ministerio del catequista es un servicio que se adquiere con una formación específica y sólida" por lo que "la calidad del ministerio catequética se garantiza solo cuando el catequista está acompañado y cualificado para esta vocación y tarea específica".
"En el sexto punto del nuevo Motu proprio, el Papa Francisco subraya que el catequista no debe asumir principalmente tareas o litúrgicas o pastorales o responsabilidades de otros ministerios, sino que él mismo es en su testimonio maestro y mistagogo, compañero y pedagogo de su propia vocación y talento, evangelicamente entendido", concluyó el delegado para la catequesis del Vaticano quien recordó también la publicación del Motu proprio de San Pablo VI "Ministeria quaedam" sobre los ministerios laicos instituidos.