La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) expresó a los obispos colombianos su "profundo dolor" porque "la violencia y la sinrazón se han apoderado estos días de las calles de Colombia".
En una carta dirigida a Mons. Óscar Urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), los obispos ecuatorianos aseguraron también que "nos sentimos muy cerca del pueblo colombiano".
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"No sólo que compartimos con Uds. una historia común, sino que compartimos también el día a día con tantos hermanos colombianos que fueron desplazados en el pasado y que son ahora parte del Ecuador", indicaron.
La @Confepec #CEE manifiesta su solidaridad con la Iglesia y pueblo Colombiano ante los hechos de violencia que atraviesa nuestro hermano país del norte ?? pic.twitter.com/q3IQgf6GHg
- Conferencia Episcopal Ecuatoriana (@Confepec) May 8, 2021
El pasado 28 de abril se inició en Colombia un paro nacional que tenía como uno de sus objetivos rechazar la reforma tributaria impulsada por el presidente Iván Duque, una medida que había sido criticada por varios sectores.
Las protestas, que rápidamente se tornaron violentas y en las que participan muchos jóvenes, lograron que el mandatario retirara la reforma.
El paro ha sido convocado por distintas organizaciones de izquierda como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), cuyo presidente Francisco Maltés dijo a Semana que "la gente en las calles está exigiendo mucho más que el retiro de la reforma tributaria".
Las violentas protestas han dejado un saldo de al menos 27 muertos y cientos de heridos.
En medio de la violencia de las protestas, una madre embarazada perdió a su bebé porque los manifestantes atacaron la ambulancia en la que era llevada a un hospital en la capital del país.
Además, diversas instituciones internacionales han denunciado la violencia de la respuesta policial.
Los obispos ecuatorianos expresaron su rechazo a "toda clase de violencia, venga de donde venga, sea cual sea".
La violencia, indicaron, "debe ser enfrentada con generosidad y patriotismo ya que la violencia no soluciona nada; produce más sufrimiento y más muerte".
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana reconoció sin embargo que "en Colombia como en el resto de América Latina, desde hace mucho tiempo atrás la inequidad, la pobreza, el desempleo, el hambre han invadido las familias, han corroído la esperanza, han destruido los sueños, han vuelto a abrir las heridas".
"Con Uds. denunciamos la hipocresía de quiénes identifican la paz con el silencio cómplice, con la indiferencia egoísta y con la retórica del status quo", señaló.
Los obispos colombianos repetidamente han llamado a que cese la violencia, y han alentado a los jóvenes a unirse en oración.
La CEE dijo que "con Uds. imploramos a Dios que convierta los corazones de piedra y que les permita construir una Colombia de fraternidad, en la que el dolor de uno sea el dolor de todos, en la que la alegría de uno sea la alegría de todos".
"Una Colombia en la que todos los que faltan a la mesa del pan y de la vida sean necesarios y no simples cifras de una fría estadística", expresó el episcopado ecuatoriano.
Al finalizar su mensaje, los obispos ecuatorianos aseguraron a Colombia que pueden contar "con la solidaridad del episcopado ecuatoriano y con la oración del pueblo ecuatoriano tan unido a Uds".