El Obispo de Quesada, Mons. José Manuel Garita Herrera, llamó a Costa Rica a tener apertura a la vida y promover los nacimientos en las familias, para salvar el futuro de la nación ante drástica disminución de nacimientos.
El 4 de mayo, Mons. Garita publicó en su programa "Fermento" un mensaje titulado "Dispuestos a la Vida", donde reflexiona sobre la gravedad del descenso de nacimientos y el número de hijos por familia a nivel nacional y llama al gobierno y a los ciudadanos a cuidar y promover el desarrollo de la vida.
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"Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en 2020 se registraron 58 mil nacimientos en Costa Rica, siendo ésta la cifra más baja en dos décadas. Si se compara la cantidad de nacimientos con la de 2019, hubo alrededor de 6.500 nacimientos menos en 2020", dijo.
Además, informó que según el INEC, "la tasa de fecundidad también disminuye y está en 1,4 hijos por mujer en 2020; esto es un valor por debajo del nivel de reemplazo generacional". Explicó que esta información indica que "no están naciendo suficientes niños para reemplazar en la estructura poblacional a sus padres".
El Prelado advirtió que aunque existan "ideologías y corrientes de todo tipo" que "quieran mostrar otra realidad" en el país, la "situación es de suma gravedad y preocupación", pues "el futuro de la sociedad costarricense está en peligro". "Una vez más lo digo, sin niños no tendremos futuro", subrayó.
Mons. Garita explicó que esta problemática es consecuencia de "las corrientes e ideologías" que desde hace casi 40 años "sometían a la humanidad en una dinámica" contraria a la vida, como explicó el Papa San Juan Pablo II en su exhortación apostólica Familiaris consortio.
El Prelado recordó que en 1981, el santo describió algunos fenómenos e ideologías contrarias a la vida, como por ejemplo "una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí" y "las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos".
Además, señaló otras problemáticas que nacen de un "bienestar egoísta" como "las dificultades concretas que experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional".
Mons. Garita dijo que San Juan Pablo II escribió que "en la base de estos fenómenos negativos está muchas veces una corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad". Esta supuesta libertad es "concebida no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia, sino como una fuerza autónoma de autoafirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta", explicó.
El Prelado advirtió que esta realidad es común a Costa Rica y que si continúa así, "en pocos años, habrá mucho menos población joven y menos soporte económico para las pensiones de los adultos mayores, solo por citar dos ejemplos. Hay consecuencias graves en muchos ámbitos para una sociedad que decide darle la espalda a la vida".
Para luchar contra este problema "debemos mostrar nuestra disposición a la vida", pues "solo así podremos salvar a nuestra sociedad y construir un futuro sustentable", dijo. "Si Costa Rica quiere un futuro, necesita tomar decisiones que respalden una apertura a la vida, que protejan a la familia y que permitan cuidar la vida de las personas en todas sus etapas", subrayó.
Al respecto, Mons. Garita llamó al gobierno a promover el desarrollo del núcleo de la sociedad. "Es necesario tener políticas que protejan e incentiven a la familia, célula fundamental de la sociedad ¿Qué sociedad queremos entonces si no protegemos y cuidamos a la familia?", afirmó.
Además, hizo eco de las palabras del Papa Francisco, que en 2015 dijo que "sólo si miramos a los niños con los ojos de Jesús, podemos verdaderamente entender en qué sentido, defendiendo a la familia, protegemos a la humanidad".
Finalmente, el Prelado recordó que siempre, pero de forma especial en el marco del Año de la Familia "pongamos en manos de Dios a la familia humana que necesita reencontrarse con el proyecto divino, para hallar su propio designio".
Con ocasión del quinto aniversario de la publicación de su exhortación apostólica Amoris laetitia, el Papa Francisco declaró el Año de la Familia, tiempo de gracia que inició el 19 de marzo y termina el 26 de junio de 2022, que busca contribuir al fortalecimiento de las familias de todo el mundo en medio de la pandemia.