El lunes 3 de mayo el presidente Joe Biden elevó el límite de admisión de refugiados para el año fiscal 2021, pasando de apenas 15.000 a 62.500 personas, más que cuadruplicando el límite actual.
El aumento se produce cuando la Casa Blanca era criticada por mantener el límite de refugiados de la administración de Donald Trump, que se encontraba en un mínimo histórico.
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Sin embargo, Biden admitió que el objetivo de reubicar a 62.500 refugiados para fines de septiembre es inalcanzable. "La triste verdad es que no lograremos 62.500 admisiones este año", dijo.
El presidente norteamericano sostuvo que el límite actual de 15.000 refugiados "no reflejaba los valores de Estados Unidos como nación que da la bienvenida y apoya a los refugiados" y prometió mejorar el programa de reubicación, con el objetivo de recibir 125.000 refugiados en el año fiscal 2022.
"Es importante tomar esta acción hoy para eliminar cualquier duda persistente en las mentes de los refugiados de todo el mundo que han sufrido tanto y que esperan ansiosamente el comienzo de sus nuevas vidas", afirmó.
En un comunicado publicado el 4 de mayo, Mons. Mario Dorsonville, presidente del Comité de Migraciones del Episcopado estadounidense (USCCB), dijo "el límite de admisión de refugiados actualizado es un paso en la dirección correcta para ayudar a quienes más lo necesitan".
"Nos complació la decisión anterior de la administración de restablecer el marco de asignación regional, pero este aumento es un paso crucial hacia la reconstrucción del programa de Admisiones de Refugiados paralizado. Consideramos este número como un trampolín hacia la meta declarada por el gobierno de 125.000 admisiones, una cifra más consistente con nuestros valores y capacidades como nación", continuó el Obispo.
Mons. Dorsonville aseguró que "como nación de inmigrantes", Estados Unidos tiene "la obligación moral de ayudar a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo que lo necesitan".
Asimismo, recordó que "durante décadas, Estados Unidos ha sido un líder en la reubicación de refugiados".
"Estamos en medio de la mayor crisis de desplazamiento forzado de nuestra vida y sabemos que hay más de 26 millones de refugiados en todo el mundo y más de 47 millones de personas desplazadas internamente", explicó.
Finalmente, Mons. Dorsonville resaltó que era "imperativo" actuar "ahora para garantizar la seguridad de estas personas y sus familias".
"La Iglesia Católica enseña que toda persona ha sido creada a imagen de Dios y debe ser valorada, protegida y respetada por la dignidad inherente que posee. Es más importante ahora que nunca que nuestro país continúe liderando mientras abordamos esta emergencia humanitaria", concluyó.
En noviembre, Biden prometió aumentar el límite de refugiados a 125.000 durante la celebración del 40 aniversario de los Servicios Jesuitas a Refugiados.
Sin embargo, durante meses después de su toma de posesión, los defensores de los refugiados señalaron que aún no había emitido una determinación oficial. Mientras tanto, se informó que las admisiones de refugiados se habían reducido a un mínimo histórico, y el Comité Internacional de Rescate señaló el 12 de abril que Estados Unidos solo había reubicado a 2.050 refugiados en el año fiscal 2021.
Bill Canny, director ejecutivo del Comité de Migración de la USCCB, dijo el 14 de abril a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que estaba "absolutamente" decepcionado con las admisiones de refugiados y a la vez "muy preocupado porque sin una determinación presidencial, el reasentamiento de refugiados efectivamente ha sido detenido".
El viernes 16 de abril se informó que el gobierno de Biden no aumentaría el límite de admisiones de refugiados durante el resto del año fiscal 2021 y se mantendría en 15.000. Sin embargo, más tarde ese día la Casa Blanca cambió su posición y dijo que Biden esperaba aumentar el límite de refugiados para el 15 de mayo.
Según el anuncio del lunes 3 de mayo, las admisiones de refugiados para 2021 se asignarán por región.
Para África, el nuevo límite máximo de admisión es de 22.000 refugiados; para el Cercano Oriente y Asia Meridional, se aceptará un límite de 13.000 refugiados. Para el este de Asia, el límite es de 6.000, mientras que el límite de refugiados para América Latina y el Caribe será de 5.000. Para Europa y Asia Central, el límite es de 4.000 refugiados. Se designa una "reserva no asignada" para 12.500 refugiados.