El Arzobispado de Piura, el gobierno regional y más de 30 organizaciones de esta región peruana rechazaron las expresiones "inaceptables" del Presidente del Perú, Francisco Sagasti, quien dijo que así como "Lima no es el Perú, Piura tampoco es el Perú".
El mandatario hizo esta afirmación durante la entrega de poco más de 9 mil dosis de vacunas, cuando existía el compromiso de entregar al menos 40 mil dosis para hacer frente al coronavirus en Piura.
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"Los más de dos millones de piuranos, y las instituciones regionales que suscribimos este pronunciamiento, le expresamos nuestra más profunda indignación y rechazo por sus desafortunadas expresiones vertidas el día de hoy en nuestra ciudad durante la entrega de las 9.360 dosis de vacunas Pfizer para la inmunización de nuestros adultos mayores de 80 años, que en nuestra región superan el número de los 40.000", indica el pronunciamiento del viernes 23 de abril publicado en el sitio web del Arzobispado de Piura.
"Por ello respaldamos la decisión del Gobierno Regional Piura, Municipalidad Provincial de Piura, Grupo Parlamentario por Piura y Consejo Regional de Piura de declararlo persona no grata", prosigue el pronunciamiento.
El viernes 23 de abril, el gobernador de Piura, Servando García, y el alcalde provincial de Piura, Juan José Días Dios, se retiraron de la ceremonia de entrega de vacunas liderada por el presidente Sagasti en el aeropuerto Grupo Aéreo N° 7, luego que se les dijera que no podrían hablar y luego que no les recibieran la carta en la que informaban de la crítica situación de la región por la pandemia del coronavirus.
Según informa RPP, en respuesta a preguntas de la prensa, Sagasti afirmó que "como dicen que Lima no es el Perú, Piura tampoco es el Perú. El Perú son todas las regiones, son todas las ciudades y lo que tenemos que hacer es repartir equitativamente de acuerdo con la situación, a las posibilidades y a las necesidades".
La molestia de las autoridades también se debería a las pocas vacunas entregadas, considerando que Piura sería la región más poblada luego de Lima en el país, y que regiones como Huancavelica recibió 40 mil dosis de Astrazeneca mientras que Puno recibió otras 55 mil.
En el pronunciamiento se señala que la expresión de Sagasti "es impropia de un jefe de Estado que por función está llamado a velar por el bienestar de su Nación, y a ser el primer defensor de los derechos fundamentales de la persona, entre ellos, el más importante, el derecho a la vida y a la salud. La rechazamos tajantemente".
"En Piura son más de 240,000 los adultos mayores de 60 años que aún no reciben la vacuna y la necesitan urgentemente en su condición de población altamente vulnerable. Usted, debería entenderlo mejor que nadie", prosigue el texto dirigido al mandatario de 76 años.
Tras cuestionar si existe acaso un "criterio técnico para una justa distribución de las vacunas", los firmantes del pronunciamiento refieren que "usted señala que están haciendo esfuerzos para luchar contra la pandemia. Desde la región Piura le aseguramos que dichos esfuerzos son absolutamente insuficientes. El número de contagios y muertos crece día a día entre nosotros".
"Hubiera sido conveniente que recorriera las calles de nuestra ciudad para que escuche el clamor de su pueblo que está sufriendo y muriendo, y no se hubiese quedado en el aeropuerto para entregar las pocas vacunas que ha traído el día de hoy", agrega
En declaraciones al canal digital PBO este sábado, el Arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. José Antonio Eguren explicó que "la Iglesia no hace política partidaria pero hago eco de la gente que sufre. Hay familias enteras contagiadas, diezmadas. Una persona me llama y me dice que se ha muerto mi padre, mi abuela y ahora mi hija. Me pedía una tumba gratis porque ya no tiene dinero"
"Esto es la realidad del sufrimiento de nuestra gente en la tierra de Grau, nuestro héroe más grande. Es una región que aporta muchísimo al Perú", agregó.
"Presidente Sagasti, asuma este rol que tiene por ser jefe de estado y defienda el derecho a la vida y la salud", exhortó el Prelado.
La grave crisis de coronavirus en Perú
Según cifras oficiales, los casos a nivel nacional ascienden a 1.745.655 con un total de 59.012 fallecidos.
Sin embargo, el Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef) estima que los fallecidos son en realidad 160 mil y el promedio diario de la última semana sería de casi 800 personas muertas por coronavirus.
Actualmente las personas que han recibido la vacuna serían poco más de medio millón, la mayoría de las cuales son ancianos, en una población estimada de 32 millones.
La crisis del coronavirus ha colapsado el sistema de salud y se estima que más de dos mil personas están a la espera de una cama para ser atendidos en la unidad de cuidados intensivos en algún hospital.
La situación se agrava ante la incapacidad del gobierno de suministrar oxígeno medicinal a los afectados.
Ante esta situación la Iglesia ha generado desde hace meses diversas iniciativas para instalar plantas de oxígeno en todo el país, pero eso tampoco basta.
Las medidas adoptadas por el gobierno del expresidente Martín Vizcarra y del actual presidente Francisco Sagasti –entre ellas el habitual cierre de templos pese al estricto protocolo de la Iglesia Católica– no han permitido afrontar con éxito la crisis en el Perú.
En el país cada día hay más fallecidos por COVID19 y millones de personas han perdido el trabajo a causa de la crisis económica para la que el gobierno parece no tener solución.
Soy esposo desde 2008. Con mi esposa tenemos tres hijos aquí y uno que se fue al cielo en 2023, antes de nacer. Desde que me incorporé a ACI Prensa en 2005, he tenido la oportunidad de cubrir diversos eventos de la Iglesia Católica. Entre ellos, las Jornadas Mundiales de la Juventud en Colonia, Madrid y Río de Janeiro y los viajes apostólicos del Papa Benedicto XVI a México y del Papa Francisco a Corea del Sur. He sido enviado al Vaticano para cubrir los sínodos de la Familia, en 2015; de la Amazonía, en 2019 y el de la Sinodalidad, en 2023. Sigo de cerca la situación de la Iglesia Católica en Nicaragua, que sufre la persecución de la dictadura de Daniel Ortega, así como la actualidad eclesial en la región.
