La Cámara de Diputados de Chile aprobó este 20 de abril el proyecto de eutanasia, texto que ahora deberá seguir el segundo trámite legislativo en la Cámara del Senado.
La discusión del proyecto de más de 40 artículos, conocido como "muerte digna y cuidados paliativos", comenzó en la sala de Diputados el pasado 14 de abril. La votación fue en particular, es decir que se votó cada artículo de forma individual.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El proyecto establece que una persona mayor de 18 años, chilena o residente legal en el país, puede acceder a la eutanasia si es diagnosticada con un problema de salud grave e irremediable.
La persona debe encontrarse consciente al momento de la solicitud o, en caso contrario, debe contar con una declaración de voluntad anticipada. La manifestación de la voluntad debe ser razonada, reiterada, inequívoca y libre de cualquier presión externa.
Dos médicos especialistas deberán certificar la enfermedad grave e irremediable. Además, un psiquiatra debe emitir un certificado que indique que el paciente se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales.
La muerte de la persona deberá realizarse en un centro médico ya sea a través de la inyección de una sustancia letal o ayudando a la persona a que se la autoadministre.
Rosario Corvalán, abogada del equipo legislativo de Comunidad y Justicia, que ha seguido de cerca el debate, explicó que si bien el proyecto de ley expresa que la persona tiene derecho a acceder a los cuidados paliativos, estos "no son requisito para acceder a la eutanasia", es decir "no es necesario haber pasado por ellos".
Esto desconoce la experiencia de instituciones como la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile, que hablan de que los cuidados paliativos "disminuyen en al menos un 50% las solicitudes de eutanasia".
La abogada de Comunidad y Justicia explicó a ACI Prensa que el proyecto debería asegurar los cuidados paliativos de acceso universal, "pero hay que ver si eso tiene una correlación con la realidad", ya que hoy "esta intervención está garantizada para los pacientes oncológicos, pero incluso así, la red de cuidados paliativos no da a vasto".
El proyecto aprobado rechazó la intervención del comité de ética del establecimiento de salud, que evaluaría el cumplimiento de los requisitos establecidos en la ley para acceder a la eutanasia. "Quedó como una posibilidad, no será exigible" en el proceso, dijo Corvalán.
"Es grave que los hayan dejado afuera porque los comités de ética en general se preocupan de los aspectos más sensibles, como la eutanasia", indicó.
Asimismo, se rechazó la realización de una evaluación biosicosocial del paciente por parte del equipo de cuidados paliativos, que permitiría "comprender las razones de la solicitud de eutanasia".
La ley aprobada señala que los médicos e instituciones que invocan la objeción de conciencia para no aplicar la eutanasia, tendrán la obligación de derivar al paciente a otro centro.
Corvalán dijo a ACI Prensa que en el fondo esto "igual atenta [contra] la libertad de conciencia, reconocido en el artículo 19 de la Constitución".
En esa misma línea, la abogada precisó que el proyecto describe que las instituciones no podrán "condicionar la contratación de profesionales que han practicado o practiquen eutanasias".
"Creemos que las instituciones con un ideario tienen todo el derecho de elegir al personal que contratan", agregó Corvalán.
En cuanto a la "declaración de voluntad anticipada" de acceso a la eutanasia, la abogada dijo que, por ejemplo, en caso de un grave accidente, la persona no podrá retractarse, "precisamente porque se encuentra inconsciente al momento de que se le aplica la eutanasia".
La abogada del equipo legislativo de Comunidad y Justicia, expresó que "por el tono de la discusión nos han hecho creer que el dolor es algo indigno y que hay que evitarlo a toda costa incluso matando un paciente".
Sin embargo, "la dignidad humana exige ciertas conductas y tratos hacia las personas, en el caso de un enfermo esa dignidad implica acompañarlos y tratar de aliviar sus dolores pero, no terminar con su vida".
"Repiten mucho que este es un proyecto de 'compasión' hacia los pacientes, pero compasión etimológicamente significa sufrir con el paciente, acompañarlo en ese sufrimiento no hacer que ese dolor se termine en la decisión de la muerte", señaló.
Asimismo, Corvalán destacó que "el proyecto manifiesta algo que se ha metido en todos los aspectos de la sociedad que es el individualismo. Argumentan que la eutanasia es la libertad del paciente, que su decisión no afecta a nadie, que no es de interés de los demás, e intentan convencer que mientras a ti no te afecte no hay que prohibírselo".
Por el contrario, "estamos en una sociedad donde nos tienen que importar las decisiones que tome el otro y tratar de que sean las mejores para él y para el resto de la sociedad".
Segundo trámite legislativo
El proyecto de eutanasia comenzó su tramitación en la Cámara de Diputados en enero de 2018 tras una fusión de cuatro proyectos anteriores.
Introduce modificaciones a la Ley sobre Derechos y Deberes de las Personas en Atención de Salud y en los códigos Civil y Penal.
Luego de la aprobación en la Cámara de Diputados será votado en general en el Senado. De ser aprobado continuará su tramitación en una comisión. Por el contrario, si el proyecto de eutanasia es rechazado en el Senado finaliza su tramitación en el Congreso.