La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) dio a conocer este martes un extenso informe sobre la libertad religiosa en el mundo y alertó que en China, el panorama para este derecho humano fundamental es, bajo el actual liderazgo del presidente Xi Jinping, cada vez "más sombrío".
El Informe de Libertad Religiosa en el mundo abarca el periodo 2018 y 2020. El documento indica que el 67% de la población mundial, alrededor de 5.200 millones de personas, viven en países donde hay graves violaciones de la libertad religiosa.
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Entre estos están los tres países más poblados del planeta: China, India y Pakistán.
"La libertad religiosa en China sufre el embate más serio desde los años de la revolución cultural. Las políticas están más centralizadas, la represión está más extendida y la tecnología se afina para crear un estado de vigilancia", advierte el texto.
"Bajo el actual liderazgo de Xi Jinping, el panorama para la libertad religiosa – y los derechos humanos más ampliamente – es cada vez más sombría", alerta el texto.
Desde 2018, los asuntos religiosos están a cargo del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD; por sus siglas en inglés), una agencia del Partido Comunista Chino. "Como resultado, el CCP (Partido Comunista) controla directamente los temas religiosos", dice el informe.
De acuerdo al texto, el grupo que más sufre la represión por parte del régimen son los uigures, una comunidad musulmana en el noroeste de la provincia de Xinjiang. Muchos de esta etnia han sido encarcelados por tener varios hijos y las mujeres son sometidas a abortos forzados, implantación de dispositivos intrauterinos y otros anticonceptivos.
Se calcula que en el país, entre 900 mil y 1.8 millones de uigures, están en el sistema de más de 1.300 campos de detención del régimen chino, que busca su "reeducación". Quienes han salido de esos lugares denuncian trabajos forzados, torturas y maltrato. Inicialmente China negó su existencia, pero en 2018 las autoridades se vieron obligados a admitir que sí existen.
Los cristianos, incluidos los católicos, también sufren persecución.
En los últimos años "miles de cruces han sido derribadas, iglesias han sido destruidas o cerradas y diversos miembros del clero han sido encarcelados".
"En las iglesias controladas por el Estado las autoridades han forzado a los cristianos a mostrar afiches junto a símbolos religiosos, y a veces en lugar de estos, o a colgar retratos de Xi Jinping, que a veces reemplazan a las imágenes de Cristo o la Virgen María", señala el informe.
En diciembre de 2018 las autoridades chinas arrestaron a unas 100 personas de una iglesia cristiana y acusaron a su pastor, Wang Yi, y a su esposa Jian Rong de "incitar la subversión. El primero fue juzgado en secreto y sentenciado en diciembre de 2019 a nueve años de cárcel.
El informe de ACN cita a Ying Fuk Tsang, director del Centro de Estudios Cristianos de la Universidad de Hong Kong, cuando señala que "la meta no es erradicar las religiones" sino "establecer un nuevo orden para la religión" controlado por el gobierno.
En noviembre de 2019 las autoridades anunciaron un plan para que una nueva traducción de la Biblia y el Corán, el libro sagrados de los musulmanes, "para que reflejen los valores socialistas".
En este contexto, en septiembre de 2018 el Vaticano firmó un acuerdo con el gobierno chino para el nombramiento de obispos. En octubre de 12020 el acuerdo se extendió otros dos años más.
Sin embargo, el gobierno no disminuyó sino que aumentó la persecución y comenzó a presionar a los miembros del clero para que se unan a la Asociación Católica Patriótica China.
Los obispos católicos también sufren la represión del régimen. El Obispo de Baoding, Mons. James Su Zhimin, ha pasado 40 años encarcelado y no se sabe nada de él desde 2003.
El 9 de noviembre de 2018, Mons. Peter Shao Zhumin, Obispo de Wenzhou, fue arrestado por quinta vez en dos años, señala el informe.
A finales de ese año, los sacerdotes Zhang Guilin y Wang Zhong de la Diócesis de Chongli-Xiwanzi fueron arrestados y no se conoce su paradero.
En enero de 2020, el Obispo de Mindong, Mons. Vincent Guo Xijin, que ya había sido nombrado obispo auxiliar para darle su cargo a un obispo nombrado por Beijing, fue obligado por las autoridades a dejar su casa.
En junio de 2020, el Obispo Coadjutor de Xuanhua, Mons. Augustine Cui Tai, fue arrestado nuevamente, luego de haber pasado 13 años detenido.
El informe de ACN indica asimismo que "también en Hong Kong, donde la libertad religiosa era respetada, ahora está en peligro" con la nueva ley de seguridad nacional aprobada en junio de 2020.
Según Asia News, "la ley sanciona actos y actividades de secesión, subversión, terrorismo y colaboración con fuerzas extranjeras y que pongan en peligro la seguridad nacional".
El informe refiere que "la pandemia del COVID-19 que irrumpió en 2020 no ha ayudado en el asunto sino que ha impactado significativamente en la libertad religiosa y de culto, especialmente con respecto al uso de tecnología".
De hecho, "mucha de la tecnología de reconocimiento fácil usada en la lucha contra el coronavirus ya se usa para monitorear la asistencia a iglesias y mezquitas, y nuevas aplicaciones reúnen más información sobre la vida cotidiana de los ciudadanos de China".