Tras el incendio de una capilla en la Diócesis de Villarrica (Chile), el Obispo local, Mons. Francisco Javier Stegmeier, pidió rezar para que cese la "violencia irracional" que vive la región.
La noche del 16 de abril se incendió por completo la capilla San Andrés en el sector Roble Huacho, perteneciente a la parroquia San Antonio de Padua en la Región de La Araucanía.
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Si bien, el origen del siniestro aún está en investigación, Mons. Stegmeier calificó el hecho como un "ataque incendiario", que "además de motivarnos a rezar de manera intensa por la paz en la región, tiene que hacernos reflexionar el porqué de esta violencia irracional y qué caminos hemos de transitar todos como sociedad para dar solución a la crítica situaciones que estamos viviendo".
"Mi profundo dolor", "afecto y mi solidaridad" para "la comunidad eclesial que ha sufrido esta afrenta", expresó Mons. Stegmeier en una carta publicada el 17 de abril.
Desde inicios del 2021 en la región de La Araucanía y del Biobío han aumentado los ataques con armas de fuego contra camiones, comisarías e incendios en propiedades privadas. Incluso ha habido varios muertos y heridos entre el 2020 y este año.
El origen de esos ataques se atribuye a grupos extremistas que reclaman derechos sobre las tierras que consideran ancestrales.
A lo anterior, se suman situaciones históricas no resueltas por el Estado, como la falta de integración que vive el pueblo indígena en el país y la pobreza, acentuada hoy por la pandemia del coronavirus.
En los últimos meses, la policía ha vinculado estos grupos con el narcotráfico; y en medio de la falta de confianza institucional de la ciudadanía, el gobierno es criticado por su débil manejo en el control de la violencia.
En ese contexto, el Obispo de Villarrica expresó que "debemos ser capaces de traer la paz a la región, asumiendo cada uno de nosotros un papel activo y decisivo en la construcción de puentes y oportunidades con los que menos tienen, con quienes se sienten marginados, con quienes piensan que en la violencia está la solución a sus demandas sin saber -quizás- que es la violencia la que deslegitima sus aspiraciones y dificulta las soluciones".
En ese sentido, dijo que la Iglesia "seguirá trabajando -cada vez con más ahínco y profesionalismo- en el desarrollo humano de sus habitantes, sin exclusiones, así como en anunciar a Jesucristo y llevar el Evangelio a todos los rincones de la región convencidos que solo en Cristo las personas pueden encontrar su verdadera felicidad".
"Hago un llamado a las comunidades católicas de la Diócesis y también a todos los hermanos que profesan creer en Cristo a seguir orando, con más intensidad, por todos aquellos que sufren esta inútil y creciente violencia, así como por aquellos que equivocadamente buscan soluciones a través de la destrucción y del terror y también por las autoridades responsables del bien común", concluyó Mons. Stegmeier.
El inicio de la violencia
El Obispo de Temuco, Mons. Héctor Vargas, recordaba en enero de 2021 a través de una carta las razones de la violencia desatada en la zona de la Araucanía.
"Parte de esto tiene su origen no solo en graves acciones delictuales, sino también debido a profundas injusticias y conflictos políticos, ideológicos, sociales y económicos de larga data, que tanto como sociedad en su conjunto, y la propia institucionalidad democrática que nos hemos dado, no han sido capaces de evaluar en su mérito, ni de resolverlos como se esperaba", expresó Mons. Vargas.
Las consecuencias "suelen ser devastadoras en muchos sentidos y algunas secuelas durarán lamentablemente de por vida".
Haciendo un nexo con el debate del proyecto de la ampliación del aborto en el Parlamento, Mons. Vargas dijo que "miles de años de evolución y sin embargo permanece el mayor pecado que existe, como es el de auto concederse el derecho de poner fin a la vida de otro ser humano". "Esta será siempre la base de las grandes violencias, que solo podrá acarrear nuevos y graves males", afirmó.
De esa forma, "la historia enseña que la violencia nunca será el mejor camino para auténticas transformaciones, debida justicia y sana convivencia social, menos si es irracional, indiscriminada y contra inocentes", aseguró el Obispo de Temuco.