Al finalizar la 108º Asamblea Plenaria, los obispos de Bolivia exhortaron al gobierno de Luis Arce a establecer "la verdad" como "paso necesario para la reconciliación" y el restablecimiento de "un clima de justicia y paz".
En el mensaje pronunciado este 16 de abril, los obispos recuerdan el "dolor" que vive el pueblo debido a la enfermedad del coronavirus, que además "ha evidenciado las carencias del sistema sanitario, que afecta todas las dimensiones y ámbitos de la persona y de la sociedad".
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A ese dolor "se suma la angustia por una creciente polarización política que provoca divisiones e inestabilidad social" causando "confrontaciones que paralizan la construcción de un proyecto común de país y esperanzador".
"Esto responde a intereses particulares que, en vez de servir, se sirven del pueblo, ignorando las necesidades reales de la población cada vez más desamparada ante la pandemia y golpeada por la falta de trabajo y la pobreza creciente", afirmaron.
La tensión política en Bolivia se incrementó luego de las elecciones presidenciales del 20 de octubre de 2019 en las que Evo Morales fue acusado de fraude electoral.
Su objetivo era lograr un cuarto periodo consecutivo como presidente, pero el conteo de votos, que demoró cinco días, fue cuestionado por distintos gremios, incluso la OEA emitió un duro informe sobre el proceso.
Tras supuestas amenazas contra el exmandatario, Morales renunció al cargo el 10 de noviembre de 2019 y por derecho constitucional, la vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, asumió la presidencia interina de Bolivia.
Durante ese periodo de intensas protestas fallecieron al menos 30 personas.
Casi un años después, Áñez dejó el cargo poco antes de las elecciones presidenciales del 18 de octubre de 2020, que dieron como ganador a Luis Arce del partido Movimiento Al Socialismo (MAS), al que pertenece Morales.
Fue entonces cuando el expresidente, que recibió asilo en México y Argentina, regresó a Bolivia el 11 de noviembre de 2020, el primer día de gobierno de Arce.
En marzo de este año, los bolivianos protagonizaron nuevas protestas debido a la detención de Áñez junto a otros colaboradores de su mandato, jefes militares y de la policía, por supuestos delitos de terrorismo, sedición y conspiración.
En ese complejo escenario, los obispos expresaron que es "deber del Estado proporcionar una investigación objetiva e imparcial, y establecer las responsabilidades de todas las partes involucradas".
"La tarea de establecer la verdad de lo sucedido involucra directamente a la administración de la justicia que está llamada a obrar con independencia, transparencia e integridad", aseguraron.
Por el contrario, "la falta de una justicia independiente socava las bases de la democracia y de la convivencia fraterna y pacífica".
De otro lado, la corrupción "sigue extendiendo sus tentáculos en instituciones privadas y públicas" causando "graves perjuicios, pobreza e inequidad en nuestra sociedad".
"La situación es tan grave que ya se está volviendo 'cultura'", como una forma de "relacionarnos en todas las esferas", afirmaron.
Los obispos indicaron que "es tiempo de apostar por una cultura de encuentro fraterno y de integración".
"Nuestra diversidad cultural no puede ser motivo de confrontación, sino una fortaleza y plataforma para caminar hacia la unidad y encontrar soluciones consensuadas a los problemas comunes".
"Los obispos sentimos la responsabilidad de decir una palabra a la luz del Resucitado que nos pide ser testigos de la vida nueva, de la esperanza y de la reconciliación que nos lleven a la fraternidad y a vivir una cultura del encuentro".
Los obispos pidieron a la Virgen de Guadalupe que "en este esfuerzo común de construir una Bolivia de hermanos en justicia y paz, nadie se quede al margen. ¡Somos bolivianos, somos hermanos!", concluyeron.
Lea el mensaje completo AQUÍ.