Ante la escalada de violencia en Myanmar, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha hecho un llamado a los cristianos de todo el mundo para rezar por la pacificación del país del sudeste asiático.
En Myanmar, antigua Birmania, se registran enfrentamientos sangrientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que protestan por el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero, que derrocó a la dirigente Aung San Suu Kyi.
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El domingo 14 de marzo hubo al menos 44 fallecidos como consecuencia de los choques entre manifestantes y militares y policías. La Conferencia Episcopal Católica de Myanmar emitió una carta ese mismo día para pedir el cese de la violencia.
Tres días después, el Papa Francisco también pidió el cese de la violencia y que prevalezca el diálogo.
Sin embargo, la última semana de marzo, se produjeron los enfrentamientos más sangrientos hasta la fecha desde que comenzó el golpe de Estado, provocando la muerte de más de 100 personas a manos de las fuerzas de seguridad.
Desde el inicio de la crisis han fallecido más de 500 personas, indicó ACN.
El presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, ha señalado que "los cristianos de todo el mundo miran a Myanmar con gran preocupación".
"Apoyamos expresamente el llamamiento del Papa Francisco: ¡la violencia debe cesar! Recemos por ello especialmente en esta Pascua", pidió el directivo en una reciente entrevista.
Heine-Geldern confesó que está "conmocionado por las noticias" de "brutalidad con la que actuaron las fuerzas de seguridad" en los últimos días de marzo.
"Parece ser mayor que en cualquier otro momento desde que comenzó el golpe. Armadas con material de guerra, las fuerzas de seguridad estaban aparentemente dispuestas a disparar a cualquiera que vieran en la calle", comentó.
Para el presidente ejecutivo de ACN los enfrentamientos no cesarán de manera inmediata y "las cosas pueden todavía empeorar".
"Según los expertos, ninguna de las partes -ni los militares ni el movimiento democrático- está dispuesta a retirarse. Los militares creen que pueden aterrorizar a la gente para conseguir 'estabilidad y seguridad', pero el movimiento que se está produciendo en las calles, liderado por los jóvenes, está decidido a liberar al país de la dictadura militar".
"Necesitamos más oración. Necesitamos paz y reconciliación. Por favor, incluyan al pueblo de Myanmar en sus oraciones diarias", pidió Heine-Geldern.
Según ACN, Solo un 8% de los habitantes de Myanmar son cristianos. La gran mayoría de la población es budista.
La fundación pontificia ayuda a la Iglesia católica local apoyando la formación de religiosos, sacerdotes y de los fieles. También con la construcción y renovación de iglesias, capillas, casas parroquiales y de religiosas, así como centros eclesiales y de formación.