Para los católicos la Fiesta de la Pascua no dura un día, sino ocho días en los que, por medio de diversas prácticas devocionales, celebramos que Cristo resucitó y con ello venció a la muerte y nos dio la esperanza de vivir la eternidad con Dios Padre.
Erika Ahern, educadora, madre de seis hijos y autora del libro Outside the Box, escribió en National Catholic Register, que es recomendable planificar de forma cuidadosa cómo celebraremos cada día de la Octava de Pascua, de modo que evitemos que decaiga nuestra alegría durante este tiempo especial de gracia.
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Por ello, Ahern ofreció una guía práctica que, adecuada a nuestro ritmo de vida, puede ayudarnos a mantener el espíritu festivo en el seno de nuestras familias y prepararnos para recibir del mejor modo posible el Domingo de la Divina Misericordia, celebrado el último domingo de la Octava de Pascua.
"Oh Dios, que año tras año nos alegras con la Solemnidad de la Resurrección del Señor, concede tu gracia que, al celebrar estas festividades presentes, podamos merecer a través de ellas alcanzar el gozo eterno. ¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado!", señaló.
A continuación, la guía práctica para vivir la Pascua en familia:
1. Domingo de Pascua
¡Hoy es un día de fiesta!
Luego de participar de la Misa de Pascua, o una vez que se haya recuperado de la celebración de la Vigilia Pascual que suele realizarse hasta altas horas de la madrugada, comparta en familia una magnífica cena con los alimentos más exquisitos que le sea posible.
En caso le sea posible, reciba a sus amigos en casa, brinde con ellos, y repita su mejor lista de canciones en clave de fe. Lo importante, es festejar con júbilo al Resucitado.
2. Lunes de Pascua
Todavía te quedan siete días que celebrar, así que se recomienda moderar el espíritu festivo. Si es posible, asiste a Misa o reza inicia el rezo de los misterios gloriosos del Santo Rosario – recuerda que puedes rezarlo todos los días de la Octava de Pascua.
Recuerda que el Domingo de la Divina Misericordia puedes ganar indulgencia plenaria y que cumplir las condiciones para obtenerla puede requerir algo de planificación. Así que averigua en tu parroquia las actividades que realizarán por esta devoción o invita a amigos o familiares el próximo domingo para rezar la Coronilla de la Divina Misericordia.
3. Martes de Pascua
Si es posible, hoy también vaya a Misa y considere la posibilidad de ver la charla del P. Robert Spitzer sobre la historicidad de la resurrección de Jesús.
Si bien la mayoría de personas ve este documental de la Sábana Santa de Turín el Viernes Santo, en realidad se relaciona también con la Pascua, pues la imagen que se formó en aquel lienzo se trata del momento de la resurrección. Gracias a este video, los niños en edad de secundaria y preparatoria quedarán cautivados por la ciencia de la cruz y la resurrección.
Según National Geographic, "La [luz ultravioleta necesaria para formar la imagen] excede la potencia máxima liberada por todas las fuentes de luz ultravioleta disponibles en la actualidad. Requeriría "pulsos que tengan una duración inferior a una 40 billonésima de segundo e intensidades en la categoría de varios billones de vatios".
4. Miércoles de Pascua
Si sus reservas de chocolate y huevos de Pascua se están terminando, tómese un día para comprar sus dulces favoritos. Lo importante es seguir festejando y al mismo tiempo ser flexible para permitir los momentos de descanso durante el día.
Después de haber sido cautivado por la Sábana Santa, regrese a la Misa nuevamente, o considere decir la Liturgia de las Horas con todos los sacerdotes y religiosos de la Iglesia. Lo has adivinado: ¡todos los días de esta semana también es domingo para la Oficina!
5. Jueves de Pascua
Planifique su comida de mariscos para la semana hoy. Si ha estado esperando un plato de vino blanco con mantequilla durante toda la Cuaresma, cómelo hoy porque mañana es Viernes de Carne y el pescado sería realmente demasiado mundano.
Si su parroquia dio la bienvenida a nuevos miembros a la Iglesia Católica, tómese un tiempo hoy para enviarles un correo electrónico personal o una tarjeta con sus felicitaciones y bienvenidos. Si no tiene su información personal, envíe su mensaje a través de la oficina parroquial.
6. Viernes de Pascua
Al igual que en la Octava de Navidad o las solemnidades que caen en viernes, el Viernes de Pascua está libre de las penitencias habituales de esta fecha, como por ejemplo, el no comer carne.
"Para muchos católicos, esto significa un mayor placer de disfrutar de hamburguesas, tocino, cerdo o una barbacoa familiar. La Iglesia nos pide un festín: seamos niños obedientes y pasemos el teriyaki con un rotundo '¡Amén! ¡Aleluya!'", dijo.
Si puede vaya a Misa, pero si no puede, considere rezar la hermosa oración Victimae Paschali Laudes o secuencia de Pascua, que se puede cantar o decir antes del Evangelio todos los días de esta semana. Escuche atentamente la cuarta y quinta estrofa, que dramatizan un diálogo entre los discípulos y María Magdalena cuando ella trae el mensaje de que Cristo ha vencido a la muerte.
7. Sábado de Pascua
Prepárate hoy para la gran fiesta de la Divina Misericordia. Intenta ir a la Confesión con la intención de recibir todas las gracias derramadas sobre la Iglesia mañana en la Octava de Pascua.
Encuentre una imagen para exhibir en el altar de su familia y comience a hornear algunos postres o pasteles polacos tradicionales de Pascua en honor a Santa Faustina y al Papa San Juan Pablo II. Además, organice una búsqueda de huevos de chocolate de Octava de Pascua para los niños.
8. Domingo de la Divina Misericordia
Nuestro Señor le prometió a Santa Faustina que "las almas que se confesarán y recibirán la Sagrada Comunión obtendrán el perdón total de los pecados y el castigo". Las gracias especiales que Cristo nos prometió para la Octava de Pascua se dan únicamente hoy, a través de la digna recepción de la Eucaristía.
"Estas promesas me asombran cada año: en las condiciones adecuadas, recibimos nada menos que una renovación completa de la gracia santificante en nuestras almas", dijo la autora.
Hoy es la corona y la gloria de la Octava Pascual. Descanse con su familia y amigos y recen juntos la Coronilla de la Divina Misericordia. Levanten otra copa a Cristo Jesús, glorioso e inmortal, y anímense unos a otros para que no tengamos nada que temer, pues Él nos ha liberado.