"Balancear las cuentas durante una pandemia a expensas de los más pobres del mundo no es aceptable", afirmaron el Arzobispo católico de Westminster, Cardenal Vincent Nichols, y el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, en un artículo conjunto publicado este martes para solicitarle al gobierno del Reino Unido que no recorte el presupuesto para la ayuda internacional ante el avance del COVID-19.
En el artículo publicado en el London Evening Standard, ambos líderes expresaron su alarma ante el anuncio de la reducción del presupuesto del 0.7% al 0.5% del producto bruto interno.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El canciller Rishi Sunak anunció el 25 de noviembre que el gobierno pretende abandonar su compromiso del 0.7% que está en el manifiesto del Partido Conservador para las elecciones de 2019, y que se estableció como ley en 2015.
Algunos miembros del partido han amenazado con bloquear el recorte y Liz Sugg, una joven ministra en el departamento de Exteriores, renunció como señal de protesta.
Sunak insistió en que el recorte de un tercio es una medida temporal necesaria ya que el país afronta su peor recesión en más de 300 años. También sugirió que se podría revertir si el panorama financiero mejora.
El Cardenal Nichols escribió una carta en noviembre criticando la medida.
"Una clara medida de la grandeza de una nación es la manera en la que responde a las necesidades de los más pobres. Lo mismo es verdad para la respuesta a la pobreza entre naciones. Si realmente queremos ser una gran nación, entonces recortar el presupuesto de ayuda internacional es un paso retrógrado", escribió el Purpurado.
"Las grandes tragedias de la migración forzada y del tráfico humano deben ser atacadas de raíz. Los programas de ayuda para el extranjero que son bien manejados y que tienen un objetivo claro son parte esencial de este esfuerzo. Ante estas catástrofes no hay tiempo para reducir la contribución del Reino Unido a este esfuerzo".
Christine Allen, directora de Cafod, la agencia oficial católica de ayuda en Inglaterra y Gales, dijo en noviembre que el gobierno eligió "darle la espalda al mundo".
"La ayuda para afrontar la pobreza global no debe tratarse como un favor de caridad al mundo, sino como el deber moral británico", dijo Allen.
En su artículo conjunto, el Cardenal Nichols y Welby escribieron que "decir que el gobierno solo hará esto 'cuando la situación fiscal lo permita' es profundamente preocupante".
El Cardenal y el líder anglicano indicaron que el recorte causaría un "daño real" a los países golpeados por la crisis como Yemen, donde a causa de la guerra civil iniciada en 2014, más de 80 mil niños han muerto a causa del hambre.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA