El Papa Emérito Benedicto XVI expresó su satisfacción por el Año de San José proclamado por el Papa Francisco y alentó a los católicos a leer la carta apostólica Patris corde (Corazón de padre), un texto que consideró "sale del corazón y va el corazón con gran profundidad".
En entrevista concedida al diario católico alemán Die Tagespost, el Papa Emérito, cuyo nombre de bautismo es Joseph Ratzinger, también habló sobre sus recuerdos familiares y sus visitas a Tierra Santa.
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"Ciertamente estoy contento de que el Papa Francisco dirija la atención de los fieles a San José", dijo Benedicto XVI en la entrevista que será publicada íntegramente el 1 de abril.
"Por ello he leído con particular gratitud y una conmovida aprobación la carta apostólica Patris corde, que el Santo Padre publicó en ocasión de la declaración de San José como patrono de toda la Iglesia hace 150 años".
"Creo que este texto debe ser leído y meditado una y otra vez por los fieles y así contribuir a una purificación y profundización de nuestra veneración de los santos, en general, y de San José en particular".
En la entrevista con la periodista Regina Einig, el Papa Emérito reflexionó sobre el silencio de José. Su aparente ausencia en las Escrituras expresa elocuentemente el particular mensaje del santo, dijo Benedicto XVI.
"Su silencio es de hecho su mensaje. Expresa el 'sí' que dio al unirse él mismo con María y así con Jesús", comentó.
CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI, informó que en la entrevista Benedicto XVI compartió la tradición de su familia de celebrar el 19 de marzo, día de San José, en su nativa Baviera.
Benedicto XVI recordó que su madre solía ahorrar para comprar un buen libro para el día de la fiesta. Además de celebrar Josefi, como se llama ese día en Baviera, la familia Ratzinger preparaba un café especial con granos, algo que le gustaba al padre pero que la familia no podía solventar a diario. Este café se tomaba en el desayuno y se colocaba un mantel especial en la mesa familiar para destacar la fiesta.
Benedicto XVI contó también que "para coronar todo, siempre había una azucena (o lirio) como signo de la primavera, una flor que San José porta con él. Al final nuestra madre horneaba un pastel con glaseado, lo que expresaba totalmente la extraordinaria naturaleza del día de fiesta. Entonces, desde las horas de la mañana se marcaba con claridad lo especial del día de San José".
El Papa Emérito además rememoró sus impresiones de la visita que hizo a Nazaret en 2009 durante su viaje apostólico a Tierra Santa. También se refirió a la tradición de invocar a San José como patrono de la buena muerte.
Destacando que San José ya no se menciona en las Escrituras luego de la primera aparición pública relatada en Lucas 4:22, Benedicto XVI dijo que "la idea de que él (José) concluyera su vida terrenal cuidado por María está bien fundamentada. Entonces, pedirle que nos acompañe en la última hora es una fundada forma de piedad".
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA