Tres obispos de Colombia pidieron a los grupos armados hacer un cese al fuego de 100 días para abrir espacios de reflexión y concretar acuerdos ante "la insoportable situación de violencia, ilegalidad y exclusión social" en sus territorios.
Así lo indicaron los obispos de Quibdó, Mons. Juan Carlos Barreto Barreto, de Istmina-Tadó, Mons. Jesús Álvarez Gómez; y de Apartadó, Mons. Hugo Alberto Torres Marín, en un mensaje publicado el 29 de marzo titulado "Cese el pecado – cese el fuego".
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"Ante la insoportable situación de violencia, ilegalidad y exclusión social que se viven en nuestro territorio, lanzamos un enésimo y angustiante grito por la paz y la dignidad", indicaron los prelados.
Por ello, invitaron "a los actores armados y a los grupos delincuenciales a un cese al fuego durante cien días que nos permita abrir espacios de reflexión y concretar acuerdos humanitarios".
De ese modo se podrá abrir "el horizonte hacia la paz integral que requerimos en la ciudad de Quibdó y en los demás municipios de los departamentos del Chocó y de Antioquia que hacen parte de nuestras Iglesias particulares".
Los obispos expresaron su deseo de que con el cese al fuego "los actores armados y grupos delincuenciales acojan este llamado para que cesen los homicidios, los heridos, los desaparecidos, las extorsiones, los confinamientos, los desplazamientos, el reclutamiento de menores, las amenazas y la intranquilidad que afectan a las comunidades indígenas, afrodescendientes y mestizas".
"Por otra parte, la institucionalidad debe responder de manera eficaz al clamor de la ciudadanía que exige derechos, seguridad y diálogo respetuoso", agregaron.
La Cruz Roja Internacional presentó un informe el 25 de marzo sobre el recrudecimiento de la violencia en Colombia, que se ha agudizado por la pandemia del coronavirus.
Según informa Efe, las zonas de Colombia donde hay grupos armados están en el Pacífico, donde está el departamento del Chocó cuya capital es Quibdó, la zona suroeste y la región noroccidental del departamento de Antioquia, donde está la Diócesis de Apartadó, que son "corredores clave para la salida de mercancías ilícitas" como la droga.
De acuerdo al reporte, las fuerzas armadas se enfrentan en estos territorios con la guerrilla del ELN, el Ejército Popular de Liberación (EPL), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y un grupo de disidentes de las FARC.
La Cruz Roja indicó además que los grupos armados impusieron confinamientos forzosos a más de 28 mil personas, sobre todo en la región del Pacífico donde está el departamento del Chocó, el más pobre de Colombia y cuya población es mayormente afrodescendiente.
Según el informe también hay miles de desplazados a causa de la violencia.
De acuerdo a Noticias Caracol, a inicios de marzo 170 personas de 48 familias indígenas se desplazaron en la zona de Alto Baudó, en el Chocó, por los constantes enfrentamientos entre los terroristas del ELN y el Clan del Golfo, que se disputan el territorio.
Por eso días llegó una misión humanitaria acompañada por los obispos de Apartadó, Quibdó e Istmina-Tadó que le pidieron al Gobierno no olvidar a las comunidades que están en medio de este conflicto, en el que no tienen nada que ver.
En su mensaje del 29 de marzo, los obispos invitaron a los fieles a "vivir con intensidad el Misterio Pascual".
"Mediante la participación presencial y a través de la virtualidad, hagamos de la Semana Santa un espacio de oración, reflexión, conversión y compromiso que nos haga mejores personas, evangelizadores y ciudadanos", alentaron.