De cara a las elecciones generales del 11 de abril, los obispos del Perú llamaron a los partidos políticos y a sus candidatos presidenciales a no ofender a sus rivales con calificativos humillantes, sino priorizar las propuestas "serias y viables" para salir de la grave crisis.
"Estando a pocas semanas de las elecciones generales, hacemos un llamado a los partidos políticos y sus candidatos para que destierren de las campañas electorales los epítetos humillantes y las ofensas a sus rivales y prioricen la presentación de propuestas no demagógicas sino serias y viables, manteniendo siempre abiertas las posibilidades de un diálogo respetuoso con los diversos actores de la vida social, económica, cultural, educativa y política del país. Pedimos a los medios de comunicación que colaboren con este objetivo", exhortó la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) en un comunicado publicado el 15 de marzo.
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El domingo 11 de abril los peruanos elegirán al nuevo presidente y a los nuevos 130 congresistas en medio de una de las crisis más graves a nivel político, económico y sanitario que ha afrontado la nación en 200 años.
"Nos acercamos a las elecciones generales del Bicentenario en medio de una de las peores crisis de nuestra vida republicana. Tal vez sea la peor porque es una crisis pluridimensional: sanitaria, económica, moral, educativa y política, que afecta gravemente nuestro presente y puede afectar más gravemente aún nuestro futuro como nación", precisaron los obispos.
La crisis de salud es por el aumento de casos de COVID19 que han colapsado el sistema hospitalario, agravado por la escasez de oxígeno o su alto costo. Aunque la Iglesia Católica promueve iniciativas como "Respira Perú" para ayudar a las familias y colaborar con el Estado, no es suficiente ante las necesidades actuales.
La crisis económica es consecuencia de la cuarentena para detener los contagios de coronavirus. Esta medida fue impuesta primero por el gobierno del expresidente Martín Vizcarra, dimitido por incapacidad moral en 2020 e involucrado en el escándalo del "Vacunagate", y luego aplicada por el gobierno transitorio de Francisco Sagasti, que asumió en noviembre de 2020.
Una de las consecuencias más graves ha sido que millones de personas han perdido sus empleos por la quiebra de miles de empresas.
La crisis política se agravó en noviembre de 2020 con la vacancia de Vizcarra, aprobada por el Congreso. El presidente del Parlamento, Manuel Merino, asumió la conducción del país, pero duró solo una semana. Tras su destitución, luego de las protestas callejeras, los congresistas eligieron al parlamentario Francisco Sagasti como presidente encargado del país.
Durante el gobierno de transición de Sagasti –que durará hasta el 28 de julio– salió a la luz el escándalo del "Vacunagate", que consiste en que autoridades y personas con influencia recibieron irregularmente la vacuna contra el coronavirus.
"Ante esta realidad, quienes postulan como candidatos en este proceso electoral tienen una responsabilidad mayor que quienes los precedieron en elecciones pasadas. No solo porque un buen grupo de ellos tendrá la tarea de guiar el destino inmediato del país desde el Poder Ejecutivo y el Congreso, es decir el futuro de millones de familias con sus hijos, sino porque todos, salgan elegidos o no, tienen hoy la posibilidad de cooperar en la necesaria rehabilitación de la política y el fortalecimiento de la sociedad", sostuvo la CEP.
Según las encuestas, lideran la intención de voto Yonhy Lescano de Acción Popular, Rafael López Aliaga de Renovación Popular, George Forsyth de Victoria Nacional, y Keiko Fujimori de Fuerza Popular. Ninguno supera el 20% de las preferencias y los indecisos, dependiendo del sondeo, están entre el 20% y 40% de los electores.
Para los obispos peruanos "el elevado nivel de corrupción de altas autoridades y funcionarios públicos y los enfrentamientos estériles entre poderes del Estado, así como entre las diversas bancadas e, incluso, al interior de los mismos partidos políticos, unidos a los intentos de introducir en nuestro Perú ideologías extranjeras contrarias a la familia y la vida, reflejan que la clase política, salvo algunas excepciones, se ha vuelto autorreferencial y vive de espaldas al pueblo".
En su comunicado, la CEP aseguró que las consecuencias de la corrupción podrían ocasionar "que el pueblo peruano pierda la esperanza y caiga en una depresión colectiva respecto a la política".
Los obispos dijeron que eso "sería muy grave porque la magnitud de la crisis que aflige al país es tan grande que ningún candidato o partido podrá sacarnos de ella por sí solo", sino que "se requiere el trabajo y esfuerzo conjunto de todos los peruanos".
"De esta crisis pluridimensional salimos juntos o no salimos", subrayaron.
La CEP precisó que para que haya "buena política" se requieren "candidatos honestos y responsables, con espíritu de servicio, capaces de dialogar y de tender puentes a favor del bien común".
Asimismo, expresaron la necesidad de "una política que no se subordine a la economía ni al paradigma eficientista de la tecnocracia, sino que la oriente como parte de un proyecto mayor de desarrollo humano integral sostenido y sostenible, en el que se atienda de modo preferencial a los pobres".
En ese contexto, los obispos peruanos pidieron a la ciudadanía que "asumamos con responsabilidad nuestra participación en la vida política", y no dejarse llevar por "un febril intercambio de opiniones en las redes sociales".
"Votar es un deber que nos incumbe a todos. Preparémonos de modo adecuado para emitir un voto consciente e informado, sopesando los problemas coyunturales y estructurales que afectan a nuestro Perú, y evaluando la capacidad que los candidatos puedan tener para resolverlos y las garantías que nos puedan brindar de que así lo harán", fue el llamado de la CEP.
Los obispos dijeron que están "convencidos de que es posible que en nuestro país la política llegue a ser el grado más alto de la caridad".
"Ello requiere de líderes que vivan con pasión su vocación de servir al pueblo al que representan y que, además de contar con la debida preparación para el alto cargo al que aspiran, sean capaces de promover una cultura del encuentro y la amistad social, poniendo en el centro a la persona humana, la familia y la comunidad", acotaron.
Añadieron que también se requiere de la participación activa de todos los peruanos.
Los obispos peruanos aseguraron que las elecciones generales del 11 de abril "son una ocasión propicia para retomar la senda de la buena política y fortalecer nuestro régimen democrático, de modo que las celebraciones del Bicentenario de nuestra independencia nacional sean un hito en nuestro proceso histórico de búsqueda de la justicia social, la paz y la fraternidad".
"Con esa finalidad, así como venimos brindando asistencia social al pueblo peruano en este tiempo de pandemia, queremos acompañarlo también con nuestra palabra y nuestra oración en este proceso electoral, para que nadie se sienta solo", concluyó la CEP.