El histórico Palacio Lateranense transformará una parte de sus dependencias en un museo abierto al público después de que el Papa Francisco autorizara por carta al Vicario Pontificio de la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo de Donatis, a realizar "actividades museísticas y culturales" en sus instalaciones.
Aunque la decisión de abrir las puertas del Palacio lateranense está ya tomada, todavía no hay una fecha concreta de apertura ni el modo en que se hará. Además, en este momento, debido a la pandemia de coronavirus, todos los museos en Italia permanecen cerrados debido a la pandemia de coronavirus.
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También los Museos Vaticanos, de los cuales el Palacio lateranense no forma parte, cerraron sus puertas el lunes 15 de marzo por tercera vez desde el inicio de la pandemia.
El Palacio lateranense, conocido también como Patriarchio lateranense, está anexo a la Basílica Pontificia de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, y en la actualidad acoge las oficinas de la Diócesis de Roma, de la que el Papa es Obispo titular.
El Palacio, al igual que la Basílica, tiene su origen en el siglo IV tras la promulgación del Edicto de Milán por parte del emperador Constantino, que otorgó libertad de culto a los cristianos del Imperio Romano.
El templo y el Palacio se construyeron en terrenos donador por el emperador. El Palacio fue la la principal residencia de los Papas hasta el siglo XIV, en que los Papas, a partir de Clemente V, se trasladaron a la ciudad francesa de Avignon.
Con el regreso de los Papas a Roma, por decisión de Gregorio XI, 77 años después, la nueva residencia de los Pontífice se estableció en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro, donde se construyó el actual Palacio Apostólico.
Mientras tanto, dañado por varios incendios, el Palacio lateranense quedó prácticamente abandonado hasta su completa reconstrucción en el siglo XVI para su destino como residencia secundaria del Pontífice junto con el Palacio del Quirinale (actualmente sede de la Presidencia de la República Italiana).
El Palacio lateranense fue el escenario de los Pactos de Letrán en 1929 entre el Papado e Italia en virtud de los cuales se constituyó el Estado de la Ciudad del Vaticano. El Palacio lateranense al igual que el Palacio de Castel Gandolfo, la Basílica de San Juan de Letrán, la Basílica de Santa María Mayor y la Basílica de San Pablo Extramuros, entre otros edificios de Roma, pasaron a ser territorios extraterritoriales de soberanía vaticana.
En la carta enviada por el Papa Francisco al Cardenal De Donatis el 20 de febrero, el Pontífice justifica la decisión de abrir a las visitas parte del Palacio lateranense en "la naturaleza que el curso y los acontecimientos de la historia atribuyen a dicho complejo, junto con las disposiciones del Tratado de Letrán".
El Santo Padre confía al Vicario de la Diócesis de Roma "la tarea de realizar, en el complejo de lo que se conoce desde hace siglos como Patriarchio lateranense, actividades museísticas y culturales en las diversas formas y contenidos, dando la disposición que sea necesaria, apoyándose con seguridad en las nobles tradiciones artísticas de que se precia la Iglesia católica".
El Papa recuerda en la carta que "la Iglesia, a lo largo de los siglos, siempre ha trabajado para promover lo que es fruto del genio y la maestría de los artistas, a menudo testimonio de experiencias de fe y como instrumentos para dar honor a Dios".
"Esto no sólo por amor al arte, sino también para salvaguardar el patrimonio cultural frente a los desafíos y peligros que lo habrían privado de su función y valor", explica.
Esa promoción del arte, "acompañada de una atenta solicitud a la hora de considerar los lugares, edificios y obras como expresiones del espíritu humano y parte integrante de la cultura de la humanidad, ha permitido a mis predecesores transmitirlos a las distintas generaciones y actuar para conservarlos y ponerlos a disposición de los visitantes y estudiosos".
Se trata de una tarea "que también atañe hoy al Obispo de Roma para el disfrute de la belleza y el relieve de los bienes y el patrimonio artístico confiados a su protección".
El Palacio lateranense se suma así a los edificios pontificios abiertos a las visitas del público tras la apertura el 22 de octubre de 2016 del Palacio de Castel Gandolfo, que hasta el Papa Benedicto XVI fue la residencia estival de los Pontífices.