El Papa Francisco recibió este 15 de marzo a los capitanes regentes de la República de San Marino, Alessandro Cardelli y Mirko Dolcini, con quienes conversó, entre otros temas, sobre la campaña de vacunación en San Marino y el apoyo a las políticas familiares y a la natalidad.
Según informó la oficina de prensa de la Santa Sede, tras la audiencia con el Santo Padre, las autoridades de la República de San Marino se reunieron con el secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin y el secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Richard Gallagher.
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Durante las conversaciones, se dedicó una "atención particular" a los temas de la "emergencia sanitaria y al programa actual de vacunación en la República, a las políticas familiares y de apoyo a la natalidad, así como al tema de la emigración y los corredores humanitarios".
Además, la nota vaticana señaló que se trataron otros temas de interés común "relativos al panorama internacional, como las relaciones con Europa y las perspectivas de la diplomacia multilateral" y las dos partes "confirmaron su voluntad de continuar su colaboración constructiva a nivel bilateral y en el contexto de la comunidad internacional".
En septiembre de 2020, el Papa Francisco se reunió en el Vaticano con los entonces capitanes regentes de la República de San Marino, Alessandro Mancini y Grazia Zafferani.
También, en marzo de 2018, el Papa Francisco recibió a las entonces autoridades de la República de San Marino y elogió por su acogida a refugiados.
En aquella ocasión, los capitanes regentes de San Marino regalaron al Pontífice una copia del siglo XVII de San Marino. Por su parte, el Papa les regaló una imagen en miniatura de Cristo Resucitado copia de un icono medieval y un ejemplar de Evangelii gaudium, Amoris laetitiae y Laudato si'.
Por su parte, Benedicto XVI visitó la República de San Marino en junio de 2011 y celebró una Misa por la solemnidad de la Santísima Trinidad.
En su homilía, Benedicto XVI se refirió a la historia de evangelización de San Marino, obrada por los santos Marino y León en la primera mitad del siglo II después de Cristo, creando una cultura y una civilización "centradas en la persona humana, imagen de Dios y por esto portador de derechos precedentes a toda jurisdicción humana".
Además, Benedicto XVI destacó que la riqueza de San Marino es la fe que sostiene a esta civilización y cultura por lo que alentó a promover y defender este patrimonio fundamental ante los diversos desafíos de la sociedad contemporánea como el hedonismo.