Mons. Rubén Darío Jaramillo es el Obispo de Buenaventura (Colombia); y aunque desde junio de 2020 ha recibido amenazas de muerte por parte de grupos criminales, el Prelado no ha detenido su ardua labor y acaba de donar 41 casas para las familias más pobres de esta ciudad portuaria, algunas de las cuales vivían en condiciones infrahumanas.
"Es un proyecto que se ha realizado con la ayuda de una fundación de Estados Unidos llamada Fundepaz Nueva York, que nos ha dado los recursos para construir 41 viviendas para las familias más pobres y más necesitadas de Buenaventura", explicó el Prelado a ACI Prensa este viernes 12 de marzo.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Obispo explicó que las familias beneficiadas fueron seleccionadas de entre las más pobres que vivían en "ranchitos" o viviendas muy precarias. Estas fueron derrumbadas para sobre estos terrenos construir las nuevas casas que se terminaron de entregar el 11 de marzo.
Mons. Jaramillo explicó que las casas tienen un costo promedio de ocho mil dólares. "Una cifra muy baja. Son casas humildes pero bien hechas, construidas en material firme con tres habitaciones y baño", equipadas con una cocina, pipeta o balón de gas, comedor, dos camarotes y colchones.
Cada familia beneficiada tiene alrededor de cinco miembros. De allí que los beneficiados sean en total unas 200 personas que ahora "pueden mejorar y dormir tranquilos".
"Su calidad de vida va a ser mejor porque estaban viviendo en condiciones infrahumanas, durmiendo sobre el suelo por ejemplo y con leña y humo dentro de las casas".
"Seguimos adelante, sin miedo"
Mons. Jaramillo explicó a ACI Prensa que recibió las primeras amenazas de muerte en junio de 2020. Este año llegaron otras más y eso hizo que todo el Episcopado colombiano le expresara su solidaridad y que 14 obispos de la región se reunieran en Buenaventura, del 2 al 4 de marzo, para evaluar la situación y mostrar su cercanía.
En un comunicado el 4 de marzo, los 14 obispos manifestaron "la solidaridad, cercanía, afecto y apoyo a nuestro hermano Obispo de esta diócesis, Mons. Rubén Darío Jaramillo Montora, por las amenazas que desde hace un tiempo ha venido recibiendo contra su integridad y vida, él y otros servidores de la comunidad".
"Seguimos adelante, sin miedo, con ánimo, con ganas de seguir luchando porque uno tiene que entregarse totalmente. Siempre me acompañan dos policías y en mi casa hay seguridad permanente. El estado hace su trabajo pero yo no puedo dejar de hacer lo que nos corresponde. Seguimos con la gente", dijo el Obispo de Buenaventura en el diálogo con ACI Prensa.
"Sigo con los trabajos en las comunidades, visitando en la parte pastoral, de celebraciones, acompañando permanentemente a la gente humilde. No vamos a cambiar eso porque eso es lo que (los grupos al margen de la ley) quieren, que uno se calle, se quede quieto, no haga nada. Es que el miedo paraliza, pero si no hay miedo tenemos que seguir adelante".
Los habitantes de Buenaventura han quedado atrapados en medio de los enfrentamientos de los dos grupos en los que se separó la banda criminal La Local, lo que ha incrementado desde inicios de este 2021 los asesinatos, los desplazamientos internos, las desapariciones y las extorsiones.
Según el diario El País de Colombia, en los dos primeros meses de 2021 hubo 30 homicidios en Buenaventura. La mayoría de los asesinados tenía menos de 30 años.
Mons. Jaramillo dijo que solo en enero 28 familias se vieron obligadas a dejar sus casas. "Son tan pobres que no pueden irse de la ciudad y se pasan de barrio. Así no solucionan nada porque también encuentran conflicto. Es una situación muy difícil para las personas que tienen que irse de esos barrios donde la violencia los agobia".
"Al irse van perdiendo su cultura, su familia, lo van perdiendo todo", lamentó.
En Buenaventura la violencia ha dejado más de mil desaparecidos, el 82% de la población vive en pobreza extrema, y el desempleo ronda el 66%.
"Los problemas principales son todos"
Al ser preguntado sobre los desafíos que afronta su diócesis, el Prelado colombiano dijo que "los problemas principales son todos. Hay problemas de todo tipo: humanos, de vivienda, de agua potable que solo llega 6 horas cada dos días, tenemos problema de alcantarillado, de salud".
Otro tema complejo es el desempleo, lo que se agrava con "la corrupción muy grave en el Estado y de grandes bandas delincuenciales. Todo esto se suma y crea una estructura que no permite avanzar en el desarrollo de Buenaventura".
Ante esta realidad, el Obispo explicó que ya hay en marcha varios proyectos. "Son muchas las cosas que estamos trabajando. Tenemos un grupo llamado 'Buenaventura siembra esperanza'. Con este proyecto transformamos algunos espacios feos para dejarlos bonitos con esculturas, pinturas y murales. Ya llevamos varios pero vamos a seguir".
Mons. Jaramillo dijo además que se va a incrementar la labor del Banco de Alimentos porque se van a crear 30 comedores comunitarios en toda la ciudad, gracias a la gestión de la gobernación local.
"Vamos a dar alimento a las personas más necesitadas, ayudados por las parroquias y así llegaremos a toda la comunidad. Algunos comedores podrán dar alimento hasta a 500 personas.
Para concluir, el Obispo de Buenaventura aseguró que ante toda esta situación es importante "ayudar un poquito. Al menos es una gota. Decía la Madre Teresa de Calcuta, 'qué sería el océano sin esa gota de agua'".
"Somos una gota en medio de un océano y la necesitamos. Necesitamos muchas gotas para generar algo distinto en esta ciudad".