La Conferencia de Obispos Católicos de Irlanda llamó a los fieles a solicitar a sus representantes en el Parlamento que rechacen el proyecto de ley que legalizaría el suicidio asistido en el país.
En una declaración emitida este 11 de marzo los obispos denunciaron que el proyecto "va en contra del bien común".
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El proyecto de "ley para morir con dignidad" es "esencialmente errado" y "no puede ser arreglado o mejorado. Pedimos a los católicos que soliciten a sus representantes que lo rechacen por completo", expresaron en su declaración al final de su asamblea.
El proyecto fue presentado en la Cámara de Representantes el 15 de septiembre de 2020. Busca que se permita a los médicos "proporcionar asistencia a una persona calificada para que ponga fin a su propia vida".
De acuerdo al proyecto, una "persona calificada" debe ser enfermo terminal y tener al menos 18 años, debe residir en Irlanda y tener "una intención clara y establecida para poner fin a su propia vida", algo que debe estar manifestado en una declaración.
El pasado 12 de febrero los obispos ya habían criticado el proyecto, cuando este pasó al Comité de Justicia de la Cámara de Representantes.
En su declaración de hoy, los prelados afirmaron que "lo que este proyecto propone puede ser descrito adecuadamente como 'suicidio asistido', porque involucra a una persona que pone fin a su vida con la participación activa de otra".
"Creemos que toda vida tiene un valor inherente, lo que debe ser abrazado por la sociedad. Este proyecto, de ser aprobado, sería un triste reflejo de la poca voluntad de la sociedad de acompañar a la gente con enfermedades terminales. Sería un reflejo del fracaso de la compasión".
En septiembre de 2020 la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano reafirmó la perenne enseñanza de la Iglesia sobre lo pecaminoso de la eutanasia y el suicidio asistido. Esta declaración responde a los defensores de ambas prácticas en distintos lugares de Europa.
La Corte Suprema de Austria sentenció en diciembre de 2020 que el suicidio asistido ya no debe ser un delito, y ordenó al gobierno que levante su prohibición en este 2021.
El Parlamento de Portugal aprobó una ley de eutanasia en enero. Si la ley es promulgada, sería el cuarto país en Europa que legalice la práctica, junto con los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
Los obispos irlandeses dijeron que aunque el proyecto de "ley para morir con dignidad" presenta el suicidio asistido en términos de autonomía personal, en realidad tendría serias consecuencias para la sociedad.
"Una vez aceptado el principio de que una persona puede participar activamente en poner fin a la vida de otra, ya no quedaría ninguna base lógica para rechazar la misma opción para cualquier persona que siente que ya no vale la pena vivir", escribieron los obispos.
"Somos conscientes de que, en países donde se permite legalmente que el personal de salud se involucre directamente en tomar la vida humana, esto se ha extendido muy rápidamente para incluir a personas que no son enfermos terminales".
Un instituto de bioética destacó el mes pasado que los casos de eutanasia y suicidio asistido se han incrementado rápidamente en Bélgica y en los Países Bajos desde que estas prácticas se legalizaron en 2002.
Los obispos irlandeses aseguran que "el proyecto anticipa que los médicos y las enfermeras, cuya vocación y propósito es servir a la vida, estarán ahora preparados para involucrarse en ponerle fin a la vida. Esto representaría una transformación radical del significado del cuidado de la salud".
"Aunque el proyecto, en teoría, permite la objeción de conciencia, aún exige que los profesionales de la salud refieran a sus pacientes con otros médicos que realicen sus deseos".
"Esto significa que, de una manera u otra, se les exigiría a los profesionales de la salud que se involucren en algo que creen es contrario a la moralidad y a la mejor práctica médica. Esto es, en nuestra opinión, inaceptable", concluyen.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA