Después de la Misa multitudinaria celebrada este domingo 7 de marzo en Erbil (Irak), el Papa Francisco se reunió con el padre de un niño sirio que naufragó en 2015 en las costas turcas y falleció junto a su hermano y su madre mientras intentaban emigrar a Europa.
Se trató del señor Abdullah Kurdi, padre del pequeño Alan, que naufragó con su hermano y su madre en las costas turcas en septiembre de 2015.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El encuentro se llevó a cabo en el Estadio "Franso Hariri" después de que el Pontífice celebró la Eucaristía dominical ante miles de personas en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, región que refugió a muchos de los cristianos que huyeron del Estado Islámico.
Según informó la oficina de prensa de la Santa Sede, el Papa "estuvo mucho tiempo con él y con la ayuda del intérprete pudo escuchar el dolor de su padre por la pérdida de su familia y expresar su profunda participación, y la del Señor, en el sufrimiento del hombre".
Por su parte, el Sr. Abdullah expresó "su agradecimiento al Papa por las palabras de cercanía a su tragedia y a la de todos los migrantes que buscan comprensión, paz y seguridad, dejando su país poniendo en riesgo su vida", indicó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
La historia del naufragio de este niño sirio con su familia dio la vuelta al mundo después de la publicación de una foto en la que se ve el cuerpo sin vida de Alan tendido en la playa. La impactante imagen fue luego replicada por numerosos artistas en todo el mundo.
Según recordó Vatican News, Alan y su familia, sirios de etnia kurda, se encontraban a bordo de una pequeña barca de goma, que volcó poco después de salir de Bodrum (Turquía) en la noche del 2 de septiembre de 2015.
Al menos 20 personas iban a bordo, con la intención de llegar a la isla griega de Coo, que está a unos cuatro kilómetros de distancia.
Sin embargo, a la mañana siguiente, las autoridades turcas recibieron informes de varios cuerpos en la orilla. Un mesero descubrió el cuerpo del pequeño Alan. Él junto a otro hombre trasladaron el resto de los cuerpos a la playa para evitar que sean arrastrados por las olas.
Al día siguiente, el pequeño fue enterrado junto con su madre Rehana y su hermano Galib, un poco mayor que él, que también fueron víctimas del naufragio.
Llamado del Papa
Días después, el 6 de septiembre de 2015, al finalizar el rezo del Ángelus dominical el Papa Francisco señaló que "ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y están en camino hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama a ser prójimos de los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. No vale decir sólo: ¡Ánimo, paciencia!... La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura".
En esta línea, el Santo Padre hizo un llamamiento, en la proximidad del Jubileo de la misericordia, "a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa para que expresen la realidad concreta del Evangelio y acojan a una familia de refugiados. Un gesto preciso en preparación del Año santo de la misericordia".
"Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma", dijo el Pontífice quien indicó que "también las dos parroquias del Vaticano acogerán en los próximos días a dos familias de refugiados".
Además, el Santo Padre se dirigió en aquella ocasión a los "hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores, para que en sus diócesis apoyen mi llamamiento, recordando que Misericordia es el segundo nombre del Amor: En verdad les digo que cada vez que ustedes lo hicieron con uno de estos, mis hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo".