La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) expresó su dolor y cercanía por el accidente que sufrieron los estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) el pasado 2 de marzo.
Esa mañana, mientras se desarrollaba una asamblea estudiantil en un salón del cuarto piso, una gran cantidad de estudiantes se encontraba en el pasillo aglomerados y forcejeando unos con otros.
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Repentinamente, un tramo de la reja metálica de protección cedió y varios jóvenes cayeron de una altura de unos 17 metros. El accidente dejó siete fallecidos y varios heridos.
La CEB expresó en un comunicado el 3 de marzo que "es difícil de aceptar" "la pérdida de jóvenes que estaban labrando un porvenir a través de sus estudios universitarios y cuya vida ha terminado en forma tan inesperada".
Junto con manifestar su oración por el descanso eterno de los jóvenes y la recuperación de los heridos, la CEB llamó a las autoridades nacionales y de la UPEA a extremar las diligencias para "investigar los hechos y extraer enseñanzas de este terrible y lamentable accidente, para que, establecidas las responsabilidades, hechos como este no vuelvan a repetirse".
"El Dios de la vida nos de su consuelo y fortaleza en este tiempo de Cuaresma y compartimos con todos nuestra esperanza en la resurrección de Jesucristo, que pronto celebraremos en la Pascua", agregaron.
A través de un comunicado, la Universidad Pública de El Alto declaró duelo universitario durante siete días e informó que ha cubierto los costos de la atención de los jóvenes heridos y los gastos funerarios de los estudiantes muertos.