La investigadora norteamericana Janice Bennet de Denver (Colorado), publicó el primer libro editado en inglés sobre el Santo Cáliz de la Última Cena que se venera en la Catedral de Valencia, con un estudio fotográfico que compara la reliquia con otros vasos de la época.
El libro de Bennet, titulado “The history of Holy Chalice” –La historia del Santo Cáliz–, califica al Santo Grial que se venera en la Catedral de Valencia como “la reliquia por excelencia”.
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La autora, que hizo el itinerario histórico que realizó el Santo Cáliz hasta llegar a Valencia, ha analizado durante años manuscritos originales pertenecientes a la antigua Corona de Aragón, entre otras fuentes.
La obra incorpora también un análisis comparativo con fotografías del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia y de varios vasos de celebraciones palestinas elaborados con piedras semipreciosas, datados en el año 50 antes de Cristo, que se conservan en el British Museum de Londres.
Las comprobaciones realizadas “evidencian el origen de la reliquia más allá de los tópicos”, según reconoce la propia autora, que ha ingresado recientemente en el Centro Español de Sindonología de Valencia, dedicado a la investigación sobre la Sábana Santa de Turín.
Por su parte, Jaime Sancho, canónigo conservador de la Capilla del Santo Cáliz, afirmó que el libro sobre el Santo Cáliz “amplía los estudios realizados hasta el momento sobre la reliquia durante los primeros tiempos del cristianismo y la época de las persecuciones”.
El Santo Cáliz de la Ultima Cena fue traído a Valencia en el año 1416 por el rey Alfonso El Magnánimo, procedente del monasterio oscense de San Juan de la Peña, a donde había llegado la reliquia a su vez desde Roma y, antes, desde Jerusalén. El mismo monarca, en 1424, donó la reliquia a la catedral valenciana.
Sin embargo, en 1809, ante la inminente llegada de las tropas francesas a Valencia, el Santo Cáliz fue llevado a Alicante y, después, a Mallorca e Ibiza, donde permaneció hasta su regreso a Valencia en 1812. Finalmente, en 1916, el entonces Arzobispo de Valencia, Mons. Valeriano Menéndez Conde, junto con el cabildo de la Catedral acordó instalar el Santo Grial en la antigua Sala Capitular de la Seo, en lugar del relicario en el que permanecía desde el siglo XV.