Al finalizar su Asamblea Ordinaria Anual, los Obispos de Panamá llamaron al Gobierno a realizar una distribución y aplicación ética de la vacuna del COVID-19 para evitar que personas con poder no "pasen por encima de los demás" o se hagan con las dosis injustamente.
"Urge un firme propósito ético en la distribución y aplicación de la vacuna, aplicando las medidas que eviten que el más poderoso y el más influyente pase por encima de los demás, para garantizarse las dosis suficientes para sí y los suyos; o que la misma se convierta en fuente de enriquecimiento desmedido", señalaron los obispos en un comunicado publicado el 10 de febrero, día en que culminó la asamblea iniciada el día 8.
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La Conferencia Episcopal Panameña (CEP) enfatizó que "corresponde a las autoridades velar por el recto uso de los protocolos, la administración prioritaria de la vacuna a la población de mayor riesgo, según se recomienda, y el aseguramiento de la vacunación a las poblaciones más vulnerables y marginadas del país, antes que a cualquiera".
El miércoles 20 de enero las primeras dosis de la vacuna de Pfizer/BioNtech compradas por el Gobierno panameño empezaron a ser distribuidas y aplicadas al personal médico, considerado en la fase 1 del plan nacional de vacunación.
En la madrugada de ese día, Panamá había recibido las primeras 12.840 dosis de vacunas Pfizer/BioNtech, una cantidad menos de la esperada (40.000 vacunas) debido a problemas de producción. Se tiene previsto que el país centroamericano reciba entre enero y marzo el primer embarque de 5.500.000 dosis de la farmacéutica, según lo anunciado por el presidente Laurentino Cortizo
Panamá también ha firmado acuerdos con AstraZeneca, Covax, Johnson and Johnson para la compra de vacunas.
En su mensaje al pueblo de Panamá, los obispos afirmaron que "hoy más que nunca" se necesita de "transparencia y la prolija rendición de cuentas en el uso de los recursos y dineros públicos".
"No solo porque es un deber de los gobernantes y la sociedad política, sino porque el no hacerlo despierta la desconfianza del pueblo, tan necesaria en estos momentos, y da pie al morbo y a las malas prácticas políticas que tanto daño hacen a la institucionalidad del país", afirmaron.
Desde el inicio de la pandemia, ha habido 329.367 contagios y 5.550 muertes relacionadas con el coronavirus en Panamá.
Frente a esta realidad, la CEP instó al pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad "a no bajar la guardia", y por el contrario, les pidió "seguir asumiendo con la mayor responsabilidad nuestro cuidado personal y el de los otros" para "evitar el contagio de un virus tan agresivo".
También pidieron cuidar al prójimo: "A padres, hijos, familiares, parientes, amigos, compañeros y vecinos que han sido golpeados duramente por causa de esta pandemia, a los que hemos visto morir, a los que han perdido sus trabajos y su medio de sustento".
Celebraciones religiosas en Panamá en medio del COVID-19
Respecto a las celebraciones religiosas, los prelados creen que estas deben seguir "las normas de bioseguridad que han establecidos las autoridades de salud y las Normas Generales para las liturgias que hemos señalado como Conferencia Episcopal".
De ese modo, aseguran que se podrá "evitar en todo momento las aglomeraciones y todo aquello que ponga en riesgo la vida y la salud de los fieles".
"Frente a las próximas celebraciones de Cuaresma, Semana Santa y Pascua, cada diócesis establecerá las condiciones que considere necesarias para su realización de acuerdo a la evolución de la pandemia", informaron.
Educación panameña durante la pandemia de COVID-19
En su comunicado, la CEP también se pronunció sobre el presente año lectivo, ya que "será un periodo de enormes retos que ni autoridades ni docentes y mucho menos los padres de familia, deben tomar a la ligera".
Señalaron que uno de los principales "pecados sociales" del país está "en la crisis de la educación nacional, que condena a una parte importante de nuestra niñez y nuestra juventud a abandonar la escuela o a ver truncados sus anhelos de progreso y de una vida mejor".
En ese sentido, los obispos pidieron que sea una "prioridad la atención especial de aquellos niños y adolescentes carentes de los equipos tecnológicos y del acceso a internet para seguir las lecciones virtuales, que se complica aún más sin padres ni tutores que los acompañen."-
"De manera particular, es indispensable considerar a la niñez y juventud con discapacidad para incorporarlos efectivamente en el proceso de aprendizaje", añadieron.
Recuperación económica y diálogo nacional en Panamá
Los obispos señalaron que "la pandemia ha puesto en evidencia y agravado los problemas sociales, especialmente la desigualdad y la exclusión de grandes sectores, históricamente marginados del progreso y desarrollo económico nacional".
En ese sentido, creen que "la recuperación económica del país debe tener como centro el bienestar de la persona, porque es la economía la que está hecha para el ser humano y no el ser humano para la economía".
Los obispos exhortaron a "que todas las fuerzas activas del país, de la sociedad política y de la sociedad civil, participen en el diálogo propuesto" que "proponga soluciones a los problemas más agobiantes y urgentes que enfrenta Panamá".