Las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, en su 141º aniversario, renovaron con gozo su misión de seguir caminando al modo de su santo patrono en un mundo lleno de "orfandad".

El 28 de enero las religiosas celebraron en los tres continentes donde se encuentran un aniversario más de la creación de la congregación, en manos de su fundadora la Sierva de Dios, Madre Camila de San José Rolón.

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Sobre todo, con el énfasis del Año de San José, las comunidades ubicadas en Argentina, Estados Unidos, Uruguay, Italia, Rumania y Madagascar destacarán cada una de sus actividades en torno al lema "Con el corazón de José".  

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En conversación con ACI Prensa, la hermana Sandra González precisó que las constituciones de la congregación describen su servicio así: "Como José, disponibles ante el misterio, reveladoras y comunicadoras del amor, valoradoras del trabajo como expresión de amor, capaces del contacto hondo y silencioso con Dios y con los hombres".

"Esta frase la intentaremos hacer muy fecunda en todo lo que hagamos a nivel espiritual y a nivel apostólico y es la invitación que hacemos a todas las personas que tienen comunión con nosotras", explicó la hermana Sandra.

Esta definición cruza la misión de las religiosas, ya que la misma Madre Camila se definía como "'la mandadera' de San José, es decir la que hacía los mandados".

"Ella estaba siempre con su oído atento a lo que San José, como patrono y dueño de nuestra congregación, le inspiraba y era su modelo para todo", sostuvo la hermana Sandra.

En ese sentido, las religiosas viven "con el corazón de San José, que fue un trabajador silencioso, humilde, alegre, sencillo, que es padre de familia, que cuidó la vida en Jesús y María".

Por ello, "nuestra congregación nació para atender toda pobreza y abandono que está metida en todas partes y toda realidad social, la orfandad que toda humanidad tiene".

"Eso se traduce en el sinsentido, en la tristeza, en el materialismo, en el individualismo, en todos los males que hoy vivimos como sociedad", precisó la hermana. 

Lo anterior, acentuado por la emergencia sanitaria actual, hace que las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José quieran "estar disponibles ante el misterio, tener una mirada esperanzadora y confiar en que la Providencia está gestando algo maravilloso y bueno" de esta pandemia "de lo contrario Él no lo permitiría". 

La hermana Sandra explicó a ACI Prensa que la "misión de San José hay que transportarla a la vida de cada uno".

A modo de ejemplo, mencionó la gran solidaridad que surgió en forma espontánea entre la gente que sabe del comedor Madre Camila en Buenos Aires y que, al ver largas filas de personas a la espera de alimento, decidieron colaborar y sostener esta obra en tiempos de pandemia.

"Ver florecer la generosidad de la gente, la sensibilidad de otros que se dan cuenta de lo que pasa y se ponen en fraternidad", expresó. 

Las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José "tenemos puesta nuestra confianza en que algo bueno tiene que nacer en nosotros después de esto" y, como lo manifiesta Patris corde, San José "transformaba el problema en una oportunidad. Eso es la Providencia para nosotras", concluyó la hermana Sandra. 

Camila de San José Rolón

Camila Corina Rolón, fundadora de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, nació en Buenos Aires el 18 de julio de 1842. 

En su adolescencia y juventud se dedicó a ayudar a su madre en las tareas del hogar, a cuidar a sus hermanos y a participar activamente en la vida parroquial, a través de la catequesis a los niños, personas mayores y la visita a los enfermos. 

Desde los 18 años se sintió llamada a la vida religiosa a pesar de la oposición familiar. 

Intentó ingresar en las monjas capuchinas de Buenos Aires, pero luego se unió a la Santa Casa de Ejercicios que había fundado la Beata Mama Antula. 

Fue entonces cuando soñó en fundar una congregación de religiosas dedicadas a la educación de los niños pobres y al socorro material y espiritual de los enfermos. 

El 28 de enero de 1880, junto con dos compañeras, fundó la Congregación de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José. En 1900 ya contaba con 25 casas. 

La Venerable Madre Camila Rolón falleció en Roma el 16 de febrero de 1913 y sus restos mortales fueron trasladados a Argentina.

En junio de 1992 fue reconocida como venerable y hoy el presunto milagro atribuido a su intercesión se encuentra en estudio en el Vaticano. 

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