El Movimiento Cubano de Unidad Democrática (MCUD) publicó un documento sobre la historia del médico cubano Elías Biscet –actualmente en prisión- y reveló la razón fundamental por la cual el gobierno cubano inició una dura persecución contra él: su defensa del derecho a la vida.
Según informó Alberto Luzárraga de la organización Futuro de Cuba, el documento explica que “en 1997 dos miembros de la Fundación Lawton, Elías Biscet y Rolando Muñoz Yyobre, dieron a la luz un estudio clandestino basado en datos obtenidos en el hospital ‘10 de octubre, Hijas de Galicia’ donde proveían estadísticas sobre el aborto practicado con el método Rivanol, que titularon ‘Rivanol un Método para Destruir la Vida’. Este estudio fue entregado al Gobierno cubano el 9 de junio de 1998 y dedicado a los 23 niños asesinados en el remolcador 13 de marzo”.
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“Biscet suscribió un documento llamado ‘Una actitud que nos concierne a todos’ donde afirmó que ‘ningún ser humano debe convertirse en propiedad u objeto de la arbitrariedad de otro. El no nacido es un ser único y distinto con individualidad genética propia y los padres no pueden ni deben disponer a su antojo de la vida de este ser’”, explicó Luzárraga.
“Allí empezó la persecución sistemática de Biscet –continúa–. Al día siguiente dos médicos miembros del partido actuando a instancias de la seguridad organizaron un acto de repudio, y Biscet fue sumariamente despedido de su cargo por ‘violación de la disciplina laboral’ según resolución fechada 24 de Febrero de 1998, firmada por Laura Fernández, directora del hospital”.
El artículo de Futuro de Cuba agrega que “los datos que existen y que Biscet conocía a cabalidad, deben dar mucho que pensar porque un país que sacrifica a sus hijos y pone en riesgo la salud psíquica y física de sus hijas, no puede progresar, y este es un aspecto de la lucha de Biscet que se pasa por alto. Biscet, lo entiende a fondo y lo denuncia, porque sabe que Castro ha lanzado al país no sólo a la desintegración económica y moral sino también a la física que no es sino la destrucción de la nacionalidad”.
Por otro lado, Luzárraga añade que según estadísticas oficiales “entre 1968 y 1992 se realizaron 2.9 millones de interrupciones de embarazo, y de 1993 a 1997 se llevaron a cabo 424,214 abortos. De esto resulta que, en las últimas tres décadas, se han practicado más de tres millones de interrupciones de embarazo”.
“Biscet es el único opositor que ha tomado ese toro por los cuernos dedicando su estudio a los niños asesinados en el remolcador 13 de marzo y presentándolo al Gobierno. Este desafío a la maldad oficial es doblemente admirable y una razón adicional para considerarlo el más coherente y admirable de los opositores. Es un tema que no va a desparecer porque es real, verdadero, y grave. El exilio tiene que enfrentarlo porque es nuestra obligación hacerlo”, concluye el artículo.