El Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, se pronunció recientemente sobre la disminución del porcentaje de católicos en el país, revelada por el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y aseguró que se trata de un desafío para los jóvenes.
En conferencia de prensa el 30 de enero con ocasión de la peregrinación virtual juvenil al Cerro del Cubilete en el estado mexicano de Guanajuato, Mons. Coppola dijo que la información difundida por el INEGI "es muy generosa, nos da mucho. Pienso que es más complicada la situación y va a ser más complicada".
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El censo realizado en 2020 por el INEGI, cuyos resultados fueron difundidos en días recientes, reveló que el 77.7% de mexicanos se declaró católico, frente al 82.7% que se reconocía así en 2010.
En el caso de los protestantes o cristianos evangélicos, han subido del 7.5% a 11.2% en 2020. Los seguidores de "otras religiones" han disminuido del 2.4% hace diez años frente al 0.2% actual.
Los mexicanos creyentes "sin adscripción religiosa"" representan actualmente un 2.5% de la población, mientras que quienes se declaran "sin religión" subieron del 4.7% en 2010 al 8.1% en 2020.
El Nuncio Apostólico lamentó que en las Misas en las que ha participado en México la mayoría de los fieles son adultos y adultos mayores. "El problema es que yo para ver a jóvenes en la Misa tengo que venir aquí al Cubilete", dijo.
"Es rarísimo de ver jóvenes que comulgan, es rarísimo. Es la realidad", lamentó.
Mons. Coppola subrayó que la situación actual de los católicos en México no es culpa de los jóvenes de hoy, "pero es una oportunidad, es una misión para ustedes".
Cuando estaba en el seminario "hace 50 años", recordó, "nos decía nuestro rector: los jóvenes son los mejores que pueden hablar a los jóvenes, porque tienen sus palabras, tienen su sentido, saben qué le importa al joven".
"Por eso los seminaristas nos pusieron a trabajar con los universitarios", señaló.
"A veces nosotros hablamos de lo que nos importa a nosotros, personas de 64 años, que puede ser que a un joven no le dice nada completamente", indicó, por lo que "toca a los jóvenes evangelizar a los jóvenes".
Para el Nuncio Apostólico "tenemos que tomar conciencia de un cambio de época que se ha realizado".
"Yo soy extranjero, no conozco muy bien todos los detalles, pero la impresión que tengo es que aquí, como en muchas partes del mundo, también en Italia la misma cosa, la Iglesia no se preocupaba de la transmisión de la fe", dijo, sino que "la transmisión de la fe se realizaba en casa: era la mamá, la abuela, que de hecho nos introducían a la fe. A mí la fe me la da mi abuela y mi mamá".
Antes, continuó, "se contaba mucho en la capacidad de la familia de transmitir la fe. Ahora, ha pasado algo, un cambio tan radical de las situaciones, que los padres no entienden a sus hijos, y los hijos no entienden a sus padres".
Entre los padres e hijos de hoy, dijo, "se habla un lenguaje diferente, se tiene una sensibilidad diferente. Y esto hace que muchos jóvenes no han recibido de sus padres la fe. La Iglesia tampoco estaba preparada para hacerlo. Y crecen así, sin ningún conocimiento".
"Eso es un gran desafío, un reto. Un reto para la Iglesia, porque la Iglesia tiene que ser evangelizadora, tiene que equiparse para evangelizar, para llevar el anuncio de la fe. Y un reto para los jóvenes, que tienen que evangelizar a sus coetáneos", continuó.
La primera tarea pendiente que tienen los jóvenes, señaló Mons. Coppola, es que "tienen que molestarnos. Porque nosotros no nos damos cuenta, no somos atentos. Tienen que molestarnos", para que así "nos equipemos para esto. Para que preveamos caminos de fe, introducción a la fe".
"La primera actividad que tiene que hacer es hacia adentro, hacia la Iglesia, para solicitarla, solicitarla a ocuparse de los jóvenes. A darse cuenta y a ocuparse de los jóvenes", indicó.
Además, alentó, los jóvenes tienen que "ayudarnos, darnos una mano para evangelizar a sus coetáneos".