La Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) agradeció a Dios por el don de la vocación a la Vida Consagrada y recordó que el testimonio de las personas que consagran su vida al seguimiento de Cristo y al servicio de su Iglesia es aliento que refleja "al Señor Jesús en el servicio a los más pobres, los enfermos y los que sufren".
Este 2 de febrero se celebra la 25° Jornada Mundial de Oración por la Vida Consagrada, instituida en 1997 por San Juan Pablo II, y que este año tiene como tema "La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido".
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En un comunicado, los obispos agradecieron al Señor "por el maravilloso don de la vocación de tantos hermanos y hermanas que hacen parte de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica" y por su entrega generosa en el servicio de la Iglesia.
"Con Cristo, que se presenta hoy en el templo en los brazos de la Virgen María y de San José, ofrecemos a Dios Padre su vida y su misión", indicaron.
Los prelados señalaron que en este tiempo difícil que vive el mundo por la pandemia de COVID-19, el testimonio de la vida consagrada es aliento que refleja "al Señor Jesús en el servicio a los más pobres, los enfermos y los que sufren".
El Episcopado indicó que la fiesta de la Presentación del Señor, que se celebra este 2 de febrero, es una oportunidad para "recordar el sentido que San Juan Pablo II quiso darle a esta jornada hace 25 años".
"En primer lugar, dar gracias a Dios por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas; en segundo lugar, promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la vida consagrada", resaltó.
Asimismo, agregó que esta jornada también es momento para "celebrar la acción del Espíritu Santo que anima a la insustituible misión evangelizadora en la Iglesia y en el mundo".
Los obispos indicaron que se unen a los "Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica en oración por los sacerdotes, religiosos y religiosas que han muerto víctimas de la pandemia y por aquellos que están enfermos".
"Confiamos a la maternal intercesión de Nuestra Señora de Chiquinquirá la vida y misión de quienes han consagrado su vida al seguimiento de Cristo y al servicio de su Iglesia", concluyeron.