El secretario-portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), P. Juan Antonio Martínez Camino, se refirió a la “tregua” que el grupo terrorista Euskadi ta Askatasuna (ETA) concedió a Cataluña afirmando que “la única noticia que la Conferencia Episcopal espera de ETA es la de su desaparición”.
Tras la lectura de la nota de la Comisión Permanente de la CEE ante las próximas elecciones, el portavoz de los obispos españoles declaró ante los periodistas que “ninguna connivencia y ninguna colaboración con el terrorismo es éticamente lícita”.
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“La única noticia que la Conferencia Episcopal espera de ETA es la de su desaparición. Las demás noticias de ETA solo interesan en cuanto conduzcan a su pronta y rápida desaparición”, enfatizó el sacerdote.
Asimismo, el portavoz recordó lo que la nota de la Comisión Permanente dice al respecto: “Algo en lo que hay que estar atentos sobre cómo van a proceder aquellos a quienes demos nuestro voto será en el respeto al derecho, nacional e internacional, y por tanto en el consecuente rechazo incondicional del terrorismo. Este es el punto en el que debemos estar atentos a la hora de emitir nuestro voto en el día 14 de marzo”.
Durante la reunión con los periodistas, el vocero episcopal prefirió no hacer juicios técnicos, ya que su intervención tenía un “mero carácter moral sobre lo que significa ETA y, por tanto, las personas que entienden la claridad de esta posición, deben extraer las consecuencias de tipo político y de tipo moral que con toda claridad se derivan de ellas”.
Por su parte, el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, advirtió que “no se puede dialogar con los terroristas mientras lo son”, añadiendo que “los que buscan la conversación con los criminales para obtener ventajas particulares son al mismo tiempo traidores y cómplices”.
El Prelado apuntó en su carta pastoral de esta semana que “los que justifican las conversaciones con los terroristas asumen para sí mismos y para todos los demás la condición de rehenes, de secuestrados, de sometidos, de permanentemente intimidados”.
Finalmente, Mons. García-Gasco, señaló que “en el caso del terrorismo no caben ambigüedades: es una guerra sucia y traidora instalada en la paz”.