El Papa Francisco recordó que el próximo 19 de marzo iniciará el Año dedicado a la familia.
"Como saben, el próximo 19 de marzo comienza el 'Año de la Familia Amoris laetitia'. También ustedes, con su trabajo, aportan una valiosa contribución a este camino eclesial con las familias para la familia", dijo el Santo Padre este 29 de enero durante la audiencia al Tribunal de la Rota Romana.
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Durante su discurso pronunciado en la Sala Clementina del Vaticano con ocasión de la inauguración del año judicial, el Papa recordó la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de 2014 y la Asamblea General Ordinaria de 2015, en donde "los Padres sinodales, reflexionando sobre el tema de la familia, se plantearon preguntas, comprendiendo también que es difícil, a veces imposible, ofrecer respuestas".
Sin embargo, el Pontífice añadió que "las preocupaciones de los Padres sinodales y la solicitud maternal de la Iglesia ante tanto sufrimiento han encontrado un instrumento pastoral útil en la exhortación apostólica Amoris laetitia", y agregó que "en este documento se dan indicaciones claras para que nadie, especialmente los pequeños y los que sufren, se quede solo o sea tratado como un medio de chantaje entre padres divididos".
En esta línea, el Santo Padre exhortó: "No debemos cansarnos de dedicar toda la atención y el cuidado a la familia y al matrimonio cristiano".
"Es necesario, por tanto, que las declaraciones de principios vayan seguidas de adecuadas proposiciones de hecho, recordando siempre que la familia es la base de la sociedad y la estructura más adecuada para garantizar a las personas el bien integral necesario para su desarrollo permanente", indicó el Papa.
Por ello, el Papa Francisco pidió "identificar el camino que conduce a opciones congruentes con los principios afirmados", y reconoció que "todos somos conscientes de lo arduo que es el paso de los principios a los hechos", porque "cuando hablamos del bien integral de las personas, es necesario preguntarse cómo puede realizarse en las múltiples situaciones en las que se encuentran los hijos".
"La Iglesia es madre, y ustedes, que tienen un ministerio eclesial en un ámbito tan vital como es la actividad judicial, están llamados a abrirse a los horizontes de esta difícil pero no imposible labor pastoral, que tiene que ver con la preocupación por los hijos, como víctimas inocentes de tantas situaciones de ruptura, divorcio o nuevas uniones civiles", afirmó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre dijo al personal del Tribunal de la Rota Romana que "se trata de ejercer su misión de jueces como un servicio cargado de sentido pastoral, que nunca puede faltar en la delicada decisión sobre la nulidad o no de una unión conyugal".
Por último, el Papa destacó que "a menudo se piensa en la declaración de nulidad matrimonial como un acto frío de mera 'decisión jurídica'. Pero no es ni puede ser así", porque "las sentencias del juez eclesiástico no pueden prescindir de la memoria, hecha de luces y sombras, que han marcado una vida, no sólo de los dos cónyuges sino también de los hijos".
"Los cónyuges y los hijos constituyen una comunidad de personas, que se identifica siempre y ciertamente con el bien de la familia, incluso cuando ésta se ha desmoronado", concluyó.