El derribo el pasado 19 de enero de la Cruz del Llanito, junto al Convento de las Descalzas del Ayuntamiento andaluz de Aguilar de la Frontera, Córdoba (España), provocó un alud de indignación por parte de fieles y vecinos contra la alcaldesa Carmen Flores, de Izquierda Unida (IU).
Una indignación que se hizo mayor tras difundirse unas imágenes de la cruz profanada en un vertedero entre escombros de obra.
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Después de las explicaciones ofrecidas por la regidora, en las que aprovechó para lanzar un ataque al Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, por defender la cruz, las críticas no solo no han remitido, sino que no dejan de llegar de diferentes frentes, ahora de la izquierda.
Los concejales del Partido Socialista (PSOE) en el Ayuntamiento de Aguilar difundieron una nota de prensa crítica con la forma en que la alcaldesa Flores ha gestionado este asunto y le piden explicaciones de "por qué (la cruz) acabó en el vertedero".
Según la nota de prensa, de la que se hizo eco la agencia Europa Press, el PSOE reclamó el expediente completo del derribo y exigió transparencia. Para los socialistas, la actuación contra la cruz no era una prioridad en un momento de pandemia en que la prioridad del Ayuntamiento "deberían ser las personas y sus necesidades".
Piden al gobierno local de Izquierda Unida "que concentre sus esfuerzos en agilizar los procedimientos de ayudas directas a feriantes, hostelería, comerciantes, autónomos, etcétera, en esta situación excepcional que vivimos. Es ahí donde se requiere actuar con celeridad", se indica en la nota de prensa del PSOE publicada por Europa Press.
Además, en referencia a la justificación de la alcaldesa que afirmó que la urgencia con que se realizó el derribo se debió a la filtración de un expediente interno, el PSOE asegura que "la excusa de la filtración es sólo su excusa para llevar a cabo el derribo sin el consenso con los demás partidos políticos y la ciudadanía".
"Es un hecho que el derribo de la cruz se ha decidido unilateralmente, una fórmula de proceder que se está normalizando en este equipo de gobierno".
Por último, en la nota de prensa se insiste en que "desde el PSOE de Aguilar de la Frontera nos solidarizamos con aquellos colectivos y personas que hayan sufrido al ver la cruz tirada en el vertedero".
Indignación de la Iglesia y de los vecinos
Estas críticas de los concejales socialistas se suman a las de otros colectivos vecinales y de la Iglesia. El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, señaló que "hay quienes piensan que los sentimientos religiosos no cuentan. Y sí que cuentan. Que nadie los toque". Unas declaraciones que le valieron un despiadado ataque de la alcaldesa comunista.
El párroco de Aguilar, Pablo Lora, definió como "un atropello a la fe" el derribo de la cruz y su posterior profanación en un vertedero: "Contemplar el signo de la Cruz arrojada en un vertedero y conocer la orden de su destrucción me ha producido un profundo dolor, ha provocado una herida en nuestros sentimientos religiosos".
Por su parte, la Agrupación de Cofradías de Aguilar de la Frontera señaló en un comunicado que "las imágenes que todos hemos contemplado en los últimos días, entre ellas la fotografía de la Cruz arrojada en una escombrera, han herido nuestros sentimientos produciendo un profundo dolor que no nos merecemos, y por supuesto han proyectado una imagen de Aguilar al exterior que a nuestro entender, no es la deseada por nadie".
De forma espontánea, numerosos vecinos han llenado de flores el espacio que ocupaba la cruz y algunos se han trasladado hasta el vertedero para recuperar la cruz, aunque esta ya había desaparecido.
Ante todas esas críticas, la alcaldesa Flores respondió argumentando que "esa cruz no tiene ninguna connotación religiosa", "no tiene ningún interés para nada", "es una cruz de cemento que no tiene ningún valor".