La Cruz de los Llanitos de la localidad andaluza de Aguilar de la Frontera, provincia de Córdoba, derribada por orden del Ayuntamiento gobernado por Izquierda Unida, fue arrojada a un vertedero de escombros de obra.
Desde 1939 la cruz se encontraba junto a la iglesia del Convento de las Descalzas. Sin embargo fue derribada el 19 de enero y, según pudo comprobar el diario ABC, el símbolo cristiano terminó en la escombrera de la cercana localidad de Motril.
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Han tirado la Cruz como un escombro, creen que han ganado. No saben que la Cruz vence siempre. pic.twitter.com/sDNbdxGioG
- Ermitas de Córdoba (@ErmitasCordoba) January 20, 2021
Este desprecio a la cruz y a la fe de los cristianos de Aguilar de la Frontera ha aumentado aún más la indignación entre los vecinos del pueblo, muchos de los cuales se acercaron al Convento de las Descalzas en el momento del derribo para protestar contra la medida.
Tras conocerse la presencia de la cruz en el vertedero, un grupo de vecinos se trasladó hasta el lugar para tratar de recuperarla, pero cuando llegaron comprobaron que ya no estaba. No se sabe si ha sido trasladada o destruida.
Según el Ayuntamiento, el derribo de la cruz se hizo en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que prohíbe los monumentos franquistas en lugares públicos.
Sin embargo, como reconoció la misma alcaldesa de Aguilar, Carmen Flores, en una declaración ante la prensa, la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía rechazó que la cruz tuviera connotaciones franquistas una vez que se retiró una placa existente en el lugar.
Por ello, la alcaldesa defendió que eliminaron igualmente la cruz porque "entorpecía la visibilidad de un monumento histórico catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC)", el convento de las Descalzas.
Para la alcaldesa, la Cruz de los Llanitos "no tiene ninguna connotación religiosa", "no tiene ningún interés para nada", "es una cruz de cemento que no tiene ningún valor".
Al conocerse el destino final de la Cruz de los Llanitos, el vertedero, la Agrupación de Cofradías de Aguilar de la Frontera, que ya había expresado su rechazo al derribo, emitió un comunicado para señalar que "las imágenes que todos hemos contemplado en los últimos días, entre ellas la fotografía de la Cruz arrojada en una escombrera, han herido nuestros sentimientos produciendo un profundo dolor que no nos merecemos, y por supuesto han proyectado una imagen de Aguilar al exterior que a nuestro entender, no es la deseada por nadie".
Además, de forma espontánea, numerosos vecinos han llevado flores al lugar que antes ocupaba la cruz y han dejado una gran cruz de madera en el lugar.
El dolor de ver la cruz en el vertedero
Asimismo, el párroco de Aguilar, Pablo Lora, escribió a sus feligreses una carta en la que afirma que "después de la retirada de la Cruz de las Descalzas quiero ratificarme en mi posición, ya conocida por la alcaldesa de Aguilar de la Frontera, la que ofrecí mi voluntad de colaboración con el Ayuntamiento para el bien común de Aguilar".
Subraya que "a la regidora municipal mostré mi oposición respecto a las decisiones municipales que suponían un atropello a la fe, ya que la Cruz, ahora profanada, estaba desprovista de todo contenido político desde hacía más de treinta años".
"Toda una generación de aguilarenses ha crecido en torno a la Cruz como signo de amor y entrega, perdón y misericordia. Lamento profundamente que se prive en ese lugar a las próximas generaciones del precioso símbolo religioso que nos ayuda a construir un mundo mejor".
El párroco continúa insistiendo en que "las cosas se podrían haber hecho de otra manera. Contemplar el signo de la Cruz arrojada en un vertedero y conocer la orden de su destrucción me ha producido un profundo dolor, ha provocado una herida en nuestros sentimientos religiosos".
"Lamento no haber tenido la opción de custodiar nuestro símbolo, del mismo modo que expreso el dolor de las Madres Carmelitas y nuestra comunidad parroquial que habrían custodiado la Cruz y encontrado otro emplazamiento privado para ella y ensalzar así su profundo significado para los cristianos".
El sacerdote afirma que siente "con mis feligreses el dolor inmenso por el daño causado a la libertad religiosa: la Cruz es símbolo, representación y cimiento de nuestra sociedad de derecho".
Asimismo, hace un llamado a la reconciliación de los vecinos enfrentados por la decisión del Ayuntamiento de izquierdas. "Solo quiero con mis palabras fomentar la armonía y el perdón entre todos los vecinos de Aguilar".
"Vivir con odio, resentimiento, rencor o presos de la crítica, como estamos viviendo estos últimos días, no trae nada bueno y saca lo peor de nosotros, mientras nos hace vivir en una sociedad agria que nos aleja de la comunión y la prosperidad".
Acoso al Obispo de Córdoba
Estas palabras del párroco son especialmente llamativas cuando la alcaldesa Flores, en su declaración ante los medios, utilizó la predisposición dialogante del párroco para atacar al Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, al que acusó de tener una actitud antidemocrática.
Unos días antes del derribo, en una Misa celebrada en Aguilar, Mons. Demetrio, pidió respeto por los sentimientos religiosos de los vecinos: "Que nadie los toque. O si los toca, que se atenga a las consecuencias. Los cristianos no somos violentos, pero tomamos nota. Cuando lleguen las próximas elecciones tendremos en cuenta si han respetado nuestros sentimientos religiosos o no. ¡Ojo! Que eso queda ahí".
Como respuesta, la alcaldesa de Aguilar de la Frontera, Carmen Flores, de Izquierda Unida, acusó al Obispo de intrusismo en el ayuntamiento: "Veo intrusismo en el señor Obispo de Córdoba cuando viene a este pueblo con amenazas para interferir en la institución que represento, aprovechando además un medio como es la televisión pública andaluza que es la televisión de todos los andaluces".
"Este señor", acusó en referencia al Obispo, "que lanza amenazas como si fuera dueño del voto y de la decisión de sus feligreses, que me aparece un insulto a la democracia y a la misma inteligencia. Aunque no me sorprende, porque en el poder que él representa no existe esta democracia".
Denuncia por el derribo de la cruz
Lejos de calmarse la polémica, como le gustaría a la alcaldesa de Izquierda Unida, el derribo de la cruz podría salirle muy caro.
La Asociación Española de Abogados Cristianos ya presentó una querella ante el Juzgado de Instrucción de Córdoba contra la alcaldesa Carmen Flores por el derribo de la cruz.
En la querella se acusa a la alcaldesa de "delitos de prevaricación con el agravante de discriminación y daños contra el patrimonio" y se pide "su inhabilitación para ejercer cargo público".