El representante del Catholic Relief Services (CRS) en Honduras, Conor Walsh, señaló que la crisis económica y la pandemia originaron la caravana de migrantes que había partido hacia los Estados Unidos, pero que fue disuelta violentamente en Guatemala.
Este lunes 18 de enero, soldados y policías guatemaltecos dispersaron a una caravana de más de seis mil migrantes que se encontraban en la carretera de Vado Hondo en su trayecto para llegar a pie a Estados Unidos.
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Según indica el Sistema Nacional de Control Biométrico Migratorio, hasta este 20 de enero, más de 1800 migrantes de la caravana retornaron a Honduras, aunque todavía hay algunas personas que buscan continuar con su camino a los Estados Unidos.
Walsh, que se encuentra en San Pedro Sula, lugar donde inició la caravana, indicó a ACI Prensa que hay una crisis económica, política y ambiental aguda en Honduras que ha llevado a varias personas a dejar el país para sobrevivir, situación que se ha agravado por el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota en noviembre de 2020.
#CrisisMigratoria Entre los miles de migrantes hondureños que están ahora en Guatemala, hay varias familias. ¿Qué los obliga a emprender el largo y peligroso viaje a Estados Unidos llevando niños? Este es uno de los testimonios: https://t.co/i6Mr0NzrhF pic.twitter.com/QwlWoNfeRK
- Prensa Libre (@prensa_libre) January 18, 2021
"Hubo una serie de sequías a finales del año pasado y los años anteriores, y justo cuando se esperaba tener una buena cosecha, porque sí cayeron lluvias, vinieron esas tormentas para realmente eliminar un gran porcentaje de las cosechas. Esto contribuye a una inseguridad alimentaria y se suma a la crisis provocada por el COVID", indicó.
El representante de CRS explicó que la pandemia ha causado en el país "una depresión económica masiva, y las opciones son tan escasas que muchas personas ya no ven ningún futuro aquí en Honduras".
Walsh dijo que estas personas tomaron la difícil elección de emigrar a pesar de "las amenazas, a pesar de las dificultades y ahora la situación que están enfrentando de violencia en Guatemala".
Además, indicó que las personas que salen del país son aquellos que lo han perdido todo, que "no tienen donde vivir, no tienen los insumos básicos de supervivencia, son realmente los pobres entre los más pobres".
"No son personas que vienen a invadir a otro país, si fuera por ellos se quedarían aquí, pero no tienen opciones, el Estado está brindando una atención muy mínima, el sector económico no les ofrece empleo, y también en el sector rural no pueden cultivar sus cosechas porque las condiciones climatológicas no lo permiten", lamentó.
Walsh hizo un llamado a la caridad y recordó que todos formamos parte de una familia humana, como recuerda el Papa Francisco.
"Todos formamos parte de una familia humana y no podemos permitir que la xenofobia y el racismo y el miedo dominen nuestras decisiones, sino debemos abrir las puertas, abrir los brazos y acoger a esas personas que realmente necesitan nuestro apoyo", subrayó.
El representante de CRS remarcó que los migrantes "no necesitan el rechazo, necesitan apoyo humanitario", especialmente en temas de refugio, comida, ropa, artículos de primera necesidad, de higiene, mascarillas y alcohol en gel, para evitar la propagación del COVID-19 en la caravana.
"Necesitan información sobre cómo poder regularizar su situación migratoria, qué pasos pueden tomar para regularizar su estatus de migración, o para la repatriación voluntaria, algunos sí reconocen que tal vez no van a poder pasar la frontera y para regresar a sus orígenes como pueden bajo situaciones seguras", agregó.
Frente a esta crisis, Walsh señaló que es necesario tener esperanza y trabajar para dar soluciones viables a la trágica situación que viven estas personas, con el fin de poder frenar la migración.
El representante de CRS indicó que uno de los puntos a trabajar es la inversión en el sector rural, para que los agricultores puedan sobrevivir en el campo, y la creación de empleos en las ciudades.
"Si podemos invertir más en programas de capacitación, no sólo técnica, sino también capacitación humana, capacitación en habilidades blandas, como resolver conflictos, autoestima, este tipo de capacidades y habilidades, nosotros hemos visto que trae frutos y resultados concretos y muchos jóvenes con quienes hemos trabajado han expresado su voluntad y su decisión de quedarse aquí, porque saben que aquí tienen un futuro, pero necesitan ese apoyo, agregó.
Finalmente, resaltó su esperanza de que la nueva administración en Estados Unidos pueda mejorar la situación de los migrantes y favorecer la ayuda externa, pues para "frenar la emigración hace falta invertir en esos países tan empobrecidos, tan desiguales y tan corruptos".
Represión en Guatemala
La caravana de miles de migrantes hondureños partió el viernes desde San Pedro Sula (Honduras) hacia Estados Unidos, con la esperanza de una posible flexibilización de las políticas migratorias del país luego del ingreso de Joe Biden como presidente.
El lunes, policías y soldados de Guatemala, que tenían autorización para el uso de la fuerza, dispersaron con gases lacrimógenos a los migrantes que ingresaron de manera irregular al país.
Medios internacionales indicaron que la respuesta de las fuerzas de seguridad se debe a un diálogo agotado con los migrantes que se negaban a despejar las vías para permitir el pase de transporte de carga.
La Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) de Guatemala, un organismo estatal pero autónomo del gobierno, criticó la violencia de los actos.
El titular de la PDH, Jordán Rodas, indicó a BBC Mundo que la acción de los agentes fue "deplorable" y remarcó que "ojalá que el ejército combatiera al crimen organizado en Guatemala con esa vehemencia, con esa fuerza y con esa cantidad de contingentes".
"Fue realmente indignante ver que los hermanos y hermanas hondureños fueron recibidos a garrotazos, a palos y con gases lacrimógenos", lamentó. "Estuvo lejos de ser una reacción, como centroamericanos y como seres humanos, de empatía y solidaridad hacia estas personas", agregó.