El Papa Francisco pidió, una vez más, "un mundo sin armas nucleares", y advirtió de que su empleo golpea "en poco tiempo a una gran cantidad de personas y provoca daños de larguísima duración en el medio ambiente".
El Pontífice hizo este llamado al finalizar su catequesis en la Audiencia General de este miércoles 20 de enero, que presidió desde el Palacio Apostólico del Vaticano.
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El motivo: la entrada en vigor el próximo viernes 22 de enero del Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares, aprobado el 7 de julio de 2017 por 122 naciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La entrada en vigor del Tratado es posible después de que Honduras se convirtiera en el Estado número 50 en ratificarlo.
Se trata de un hito que puede marcas un punto de inflexión en las políticas internacionales y en la gestión de conflictos 75 años después de que Estados Unidos bombardeara con bombas atómicas las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial, en agosto de 1945.
"Pasado mañana, viernes 22 de enero, entrará en vigor el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares. Se trata del primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que prohíbe explícitamente estas armas cuyo empleo tiene un impacto indiscriminado, afecta en poco tiempo a una gran cantidad de personas y provoca daños de larguísima duración al medio ambiente", dijo el Santo Padre.
También animó "vivamente a todos los Estados y a todas las personas a trabajar con determinación para promover las condiciones necesarias para un mundo sin armas nucleares, contribuyendo al avance de la paz y de la cooperación multilateral de la que hoy la humanidad tiene tanta necesidad".