La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) rechazó los intentos de modificar el Código Penal para incluir tres causales que permitirían la práctica del aborto y recordó que la vida es un derecho anterior a toda legislación.
Así lo indicaron los obispos en un comunicado difundido este domingo 10 de enero por la dirección de comunicación y prensa de la CED.
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"La vida es el primer derecho civil del que se hace mención en nuestra Constitución en su art. 37, que reza: 'El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte'. La vida es un derecho anterior a toda legislación. Sin vida no hay posibilidades de disfrutar de ningún otro derecho", dijeron los obispos en el comunicado.
"Según nuestra propia Constitución, el Estado no puede aplicar la pena de muerte ni siquiera a los peores delincuentes, ya que dice: 'No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte'. Entonces, ¿Cómo aceptar que en nuestro país se consagre el aborto, en las llamadas tres causales, en las que se quita la vida a criaturas inocentes, al nasciturus (el niño por nacer)?", cuestionaron los prelados.
En diciembre de 2020, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, dijo al diario español El País que está "en desacuerdo, como lo está la mayoría de la población, no solamente de la República Dominicana sino del mundo, con el aborto libre, pero sí pienso que tienen que haber causales que permitan la interrupción del embarazo. Esa ha sido la posición oficial de nuestro partido".
El Congreso dominicano debate el tema desde hace varios años y ha aprobado en dos ocasiones un nuevo Código Penal que mantiene la penalización del aborto, pero en ambas oportunidades el expresidente del país, Danilo Medina, rechazó promulgar la ley.
En su comunicado, los obispos resaltan que "la supremacía constitucional se impone tanto a gobernantes como a gobernados. Así como nadie está por encima de la ley, por encumbrada que sea su posición, aún con más razón, nadie está por encima de la Constitución, que es la 'norma suprema del ordenamiento jurídico del Estado'".
Los obispos destacaron luego que "los gobernantes toman posesión de sus cargos con juramento de defender, no las ideas propias o la ideología de un partido, sino la Constitución vigente, por lo que no se puede legislar contra ella. De ahí que: 'Son nulos de pleno derecho toda ley, decreto, resolución, reglamento o acto contrarios a esta Constitución' (art. 6)".
"Incorporar el aborto en nuestra legislación, en cualquier circunstancia, es una flagrante violación constitucional, y un golpe al estado social y democrático de derecho. Aprobar las llamadas tres causales sería una grave violación al derecho a la vida que solo se podría basar en una interpretación errada de la Constitución".
Los obispos destacaron también que "la ciencia demuestra que el niño en el vientre de su madre tiene una vida individual, con identidad genética propia y unicidad e irrepetibilidad comprobada. El no nacido no es una vida parcial, que en su proceso de desarrollo se convertirá en ser humano, sino que se desarrolla ya desde sus inicios como un ser humano".
"Con el avance de la medicina (genética y embriología, entre otros) se va demostrando cada vez con más precisión que hay vida humana ya desde el momento de la concepción".
Los obispos lamentaron que "hoy en día el espíritu del perverso de Herodes, victimario de inocentes, sigue presente en Congresos, Gobiernos y Organismos Internacionales para sostener la cultura del hedonismo y del materialismo, que tanto destruye al ser humano. Muy diferente fue la actitud valiente de María, mujer íntegra, que defendió la vida de su hijo, a costa de arriesgar la suya propia; muchos siglos después, una mujer cristiana, la Madre Teresa de Calcuta, tuvo la valentía de pedir que toda mujer del mundo que no deseara a su hijo, se lo diera para ella misma cuidarlo".
"Nos estremece saber que en nuestra sociedad hay quienes piensan que sacrificar niños inocentes bajo apelativos eufemísticos como decisión sobre el propio cuerpo, empoderamiento femenino o derechos sexuales y reproductivos puede ser visto como parte del auténtico progreso", continuaron.
Los obispos indicaron también que "provoca perplejidad e indignación ver seres humanos que celebren el que una madre pueda asesinar a su propio hijo, y que se pretenda convertir tal cosa en un derecho".
Asimismo exhortaron a los políticos y gobernantes a que "no se sometan a la presión de una minoría apoyada política y económicamente desde intereses que son ajenos a los de nuestra querida Nación y que inciden negativamente desde algunos sectores de la vida nacional. La historia ha mostrado que acoger las causales ha sido el camino en todos los países para dar paso paulatinamente al aborto libre"
Tres causales
Los obispos se refirieron luego a las tres causales para el aborto y dijeron que cuando se "aduce peligro para la vida de la madre" se habla del "aborto terapéutico", un término usado "con el fin de confundir. En medicina este término significaría 'curar', pero en este caso el aborto no es una terapia ni cura absolutamente ninguna enfermedad".
"Además, la ética médica señala que en el caso de complicaciones en el embarazo deben hacerse los esfuerzos proporcionados para salvar a madre e hijo y nunca tener como una salida la muerte premeditada de uno de ellos", como lo establecen los "protocolos oficiales del Ministerio de Salud Pública, los cuales se han estado utilizando en los hospitales públicos de nuestro país desde hace muchos años y se encuentran en su página web".
Sobre la causal de violación, los obispos explicaron que "alentar a la madre a dar salida a su frustración o enojo desplazándolo en venganza contra su propio hijo, solamente produce impactos de resultados muy negativos y actitudes autodestructivas en la mente".
"Es obvio que el espantoso crimen de la violación es utilizado para sensibilizar al público en favor del aborto, al presentar al hijo fruto inocente de una posible concepción brutal como un agresor. Pero el aborto no va a quitar ningún dolor físico o psicológico producido por la violación. Todo lo contrario, le va a agregar las complicaciones físicas y psíquicas que ya de por sí conlleva el aborto".
Los prelados también se pronunciaron ante el aborto "por algún defecto físico del niño o niña o sospecha del mismo, conocido como 'aborto eugenésico', el cual se basa en el falso postulado de que solo 'los sanos' son quienes deben establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no, tendríamos motivos suficientes para matar a los minusválidos ya nacidos".
Finalmente los obispos alentaron a "promover la aprobación de un Código Penal conforme a nuestra Constitución y que muestre al mundo que los dominicanos amamos la vida, y que la maternidad es uno de los grandes tesoros que tiene la mujer dominicana y la Nación".