En medio del aumento de las pruebas prenatales, el número de bebés con síndrome de Down que nacieron en Europa se redujo a la mitad entre 2011 y 2015, lo que confirma los temores de los activistas provida en el Reino Unido.
Un estudio publicado durante diciembre de 2020 en el European Journal of Human Genetics examinó el periodo entre 2011 y 2015 para determinar el número de bebés nacidos con síndrome de Down en todos los países de Europa, y comparó esos números con estimaciones de cuántos bebés habrían nacido con esta condición si no hubieran sido abortados.
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El estudio encontró que un 54% menos de bebés con síndrome de Down nacieron durante ese período en el Reino Unido de lo que las estimaciones hubieran esperado, alcanzando una cifra aproximadamente en línea con el promedio europeo.
En particular, en el Reino Unido, las pruebas prenatales no invasivas para el síndrome de Down han estado disponibles desde 2012 para cualquier mujer dispuesta a pagar la factura de 500 euros (617 dólares aproximadamente), informa la BBC.
En España e Italia el porcentaje de reducción fue del 83% y 71%, respectivamente.
El aborto es legal en el Reino Unido hasta la semana 24 de embarazo, excepto cuando la continuación del embarazo es peligroso para la salud física o mental de la madre, así como en los casos en que el bebé "padecerá anomalías físicas o mentales tales como estar seriamente discapacitado".
Para estas discapacidades, que pueden incluir síndrome de Down, labio leporino y pie equinovaro, el aborto es legal hasta el nacimiento. La mayoría de los aproximadamente 200.000 abortos anuales del país tienen lugar antes de las 13 semanas.
Right to Life UK, uno de los principales grupos provida del país, ha documentado varios casos de mujeres que han sido presionadas para abortar a sus hijos como resultado de la prueba prenatal. Entre estos el caso de una madre a la que le ofrecieron "unas 15 interrupciones", incluso cuando tenía 38 semanas de embarazo.
Según algunas estimaciones, nueve de cada diez mujeres en el Reino Unido que reciben un diagnóstico de síndrome de Down abortan a su hijo.
El mayor uso de NIPT (prueba prenatal no invasor) ha llevado a varias organizaciones profesionales médicas en el Reino Unido, incluido el Royal College of Obstetricians and Gynecologists, a emitir pautas que instan a los médicos a no presionar para que se realice un aborto basándose en los resultados de las pruebas.
Una investigación del verano pasado encontró que el número de nacimientos de bebés con síndrome de Down se ha reducido en un 30% en los hospitales del Servicio Nacional de Salud que ofrecen NIPT.
La campaña "Don't Screen Us Out" (No nos descartes) en el Reino Unido, durante los últimos cuatro años, ha estado generando conciencia y buscando cambiar las leyes de aborto del Reino Unido, a fin de enmendar la Ley de Aborto de 1967. De ese modo, los abortos por discapacidades no fatales estarían prohibidos en el tercer trimestre, que comienza alrededor de las 28 semanas de embarazo.
Lynn Murray, portavoz de la campaña, le dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– en una entrevista el año pasado que la campaña comenzó en respuesta a la propuesta del gobierno de un método de detección relativamente nuevo para el síndrome de Down, conocido como pruebas de "ADN libre de células", que, según el gobierno, encontraría 102 casos adicionales de síndrome de Down al año.
Dada la alta tasa de abortos de bebés con síndrome de Down en el Reino Unido, la campaña se formó para tratar de que el gobierno evaluara el impacto que la técnica de prueba prenatal no invasiva –que ya se ofrece en los hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS)– tendría en la comunidad del síndrome de Down. La campaña atrajo la atención de los británicos con preocupaciones similares, dijo.
A principios del 2020, una mujer británica de 25 años con síndrome de Down, Heidi Crowter, presentó una demanda contra el gobierno del Reino Unido, buscando cambiar las leyes.
A Crowter se une a la demanda Cheryl Bilsborrow, la madre de un niño de dos años con síndrome de Down, quien confesó que la animaron a que se hiciera un aborto después de que los médicos le realizaran la prueba de detección a su hijo en el vientre. Máire Lea-Wilson, madre de su hijo Aiden, de casi dos años, que tiene síndrome de Down, también se unió a la demanda.
En octubre, el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales acordó escuchar el recurso legal.
El Comité de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad ha criticado constantemente a los países que prevén el aborto por motivos de discapacidad. En algunos países, como Islandia, la tasa de abortos de los bebés que se cree que tienen síndrome de Down es cercana al 100%.
El Siervo de Dios Jerome Lejeune descubrió la causa genética del síndrome de Down, una copia adicional del cromosoma 21, en 1958. Pasó el resto de su vida investigando tratamientos y curas para la afección, defendiendo el uso de pruebas prenatales y el aborto de los no nacidos con síndrome de Down.
Berthe Lejeune, la viuda del Dr. Lejeune, dijo que su esposo estaba desconsolado porque muchos médicos y gobiernos desde entonces han utilizado su descubrimiento para "descartar" a los bebés con síndrome de Down.
"Pensó que todos los médicos estarían felices de encontrar investigaciones para curarlos. Pero lamentablemente, todos los gobiernos, no solo en Francia, dijeron: oh, es un descubrimiento maravilloso. Puedes detectar a estos niños pequeños enfermos antes de que nazcan, y así llevarlos con un aborto", dijo Lejeune a EWTN Pro-Life Weekly en 2017.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente CNA.